El material altamente inflamable y reactivo a la humedad, a los cambios de temperatura y chispas, provocó un siniestro en marzo, dicen los bomberos
El peróxido orgánico 5.2, un producto altamente inflamable, y los gases generados por los plásticos que se almacenaban en las instalaciones de la empresa Vidal Plast, habrían sido la causa principal de la explosión en San Cristóbal donde murieron 33 personas y una decena resultó herida.
De acuerdo con el informe preliminar del Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal, en el área donde la empresa almacenaba y realizaba reciclaje de plásticos se encontraron elementos que apuntan a la emanación de gases combustibles que se pueden generar por el calentamiento de dichos materiales, los cuales al estar encerrados y no poder ventilarse crearon una significativa acumulación en el tiempo, que puede provocar un incendio o una explosión como ha sucedido.
En ese lugar, como señaló previamente el Ministerio Público en una nota de prensa en la que daba cuenta de que iniciaron una investigación penal contra los propietarios de la referida empresa, se generó un siniestro.
El informe dice que al investigar ese evento encontraron la presencia del peróxido 5.2, producto que requiere de un almacenamiento menor a 20 grados Celsius, el cual tiene reactividad a la humedad, a los cambios de temperatura y a las chispas.
“El antecedente de siniestro del mes de marzo con un material que puede ser altamente inflamable y explosivo, además del almacenamiento de plásticos, los cuales acumulan gases que pueden ser también altamente inflamables, junto con los testimonios de testigos, fotografías y videos, nos arroja un resultado de una explosión por acumulación de gases altamente inflamables que pueden ser los generados por los plásticos y por el material peróxido orgánico 5.2 almacenados en este local” concluye el documento de tres páginas elaborado en fecha 18 de agosto, es decir, cuatro días después de la tragedia.
Según el documento, los gases acumulados no pudieron ser ventilados adecuadamente y esto llevó a una peligrosa acumulación a lo largo del tiempo, lo que aumentó la posibilidad de un incendio o de una explosión.
Vidal Plast, ubicado en la calle Padre Ayala casi esquina Jacinto J. Peynado, fue el epicentro de la explosión.
A esta le siguieron varias deflagraciones generadoras de ondas expansivas que afectaron las edificaciones y vehículos del entorno, lo cual generó gran cantidad de energía calorífica que alcanzó las propiedades que resultaron afectadas, lo que, según el informe, evidencia la gran cantidad de elementos combustibles acumulada en dicho lugar.
No hubo presencia de gases inflamables
En el informe no se hace referencia a la existencia de tanques de gas como en principio se especuló pero se señala que los monitores de atmósfera (detectores de gases) utilizados luego del evento no detectaron la presencia de gases inflamables de ninguna índole, algo que es normal porque son consumidos por el propio fuego y desaparece su rastro.