Al Centro de Apoyo a la Tecnología e Innovación (CATI) le llegan todo tipo de inventos. Desde un cargador de celular para motores, hasta una fórmula de deshidratación de plátano. La idea de estos centros es acompañar al inventor hasta crear una patente. “La patente es que al que inventa se le da derecho para que él sea el único que lo venda por 20 años. Y el único que vende tiene lo que se llama exclusividad en el mercado, y entonces le pone el precio que quiera”, resume Sandy Lockward, directora de la Oficina Nacional de la Propiedad Industrial (Onapi).
República Dominicana en este mundo de las patentes todavía está “en pañales”, lo confirman las estadísticas: el 87% de las solicitudes son internacionales, generalmente grandes laboratorios que buscan innovar la industria farmacéutica. Desde el 2000 al 2016 solo 21% de esas solicitudes llegaron a concluir en concesiones o registros.
Pero este panorama indica que a través de Onapi y sus Centros de Apoyo a la Tecnología e Innovación (CATI), existe una plataforma para que los inventores puedan concluir en una patente, un proceso que tarda entre tres y cinco años y tiene una inversión estimada en RD$30 mil, solo en pago de tasas de servicio. Son los CATI para el inventor, pues, la puerta de entrada a la exclusividad.
“CATI recibe inventores nacionales que vienen y nos dicen ‘mira tengo un invento que puede ser una patente’. Entonces, desde cero nosotros le orientamos. Lo primero que hacemos es una búsqueda para que sepa si merece la pena iniciar el proceso. Si decide patentar, entonces lo orientamos en todo. Le ayudamos en la documentación, en los plazos (tiempo) y si necesita descuentos (Onapi ofrece facilidades para los innovadores). Y una vez depositada la solicitud de patente también le damos seguimiento”, resume la directora de CATI, Narcis Tejada.
Las 10 oficinas de CATI están distribuidas en las principales universidades e institutos del país aquí en la capital, que es de donde salen grandes proyectos de innovación, a base de minuciosos estudios científicos. Aquí hay pocos ejemplos, pero posibles como aquel del año pasado del Instituto Tecnológico de Santo Domingo, que creó un catalizador para vehículos de motor, capaz de reducir la contaminación ambiental en un 90%.
“A nivel de universidad no nos llegan muchos proyectos todavía. Lo que más nos llegan son soluciones sencillas, cosas de la cotidianidad. Por ejemplo, un aparato para rizar el pelo y aplicarle producto, un aparato para sostener el celular de la cama, un sistema de seguridad para motocicletas…”, comenta Tejada para dar a entender que su foco ya en la sede de Onapi en Santo Domingo no son las academias, sino los innovadores.
En 16 años, se han otorgado 736 concesiones o registros, que pueden ser patentes de inversión (80%), modelos de utilidad (5%) o diseño industrial (15%).
Onapi registra la patente y nombres comerciales
Onapi es la entidad que administra la concesión, mantenimiento y vigencia de las modalidades de la Propiedad Industrial, que abarca los signos distintivos (nombres comerciales y signos de identidad de una marca) y las invenciones (patentes por invención, los modelos de utilidad y diseño industrial). Los registros de modelo de utilidad, o diseño industrial son productos ya creados, que se han mejorado en funcionamiento o forma ornamental.