El vocero nacional evangélico, reverendo Domingo Paulino Moya, criticó que la historia de la Policía Nacional sobre la muerte de los pastores esposos, Eliza Muñoz Marte y Joel Eusebio Díaz Ferrer, es un insulto al buen juicio y sentido común de cada dominicano, “pues más que una respuesta relacionada a los hechos del crimen atroz, la Policía Nacional reaccionó contrario a lo que esperaba la población”.
Paulino Moya manifestó ayer que está indignado por la muerte a manos de agentes policiales de una pareja de pastores, cuando salían de un culto el día martes 30 de marzo, y puntualizó que mayor indignación le causa “la historia que el director de la policía, Edward González” construyó en torno al caso”.
En otro orden, expresó de manera categórica su rechazo a la visita que realizaron al Palacio de la Policía los pastores Ezequiel Molina, del Ministerio Batalla de la Fe y Feliciano Lancen, presidente del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (Codue), por entender que fue una acción inoportuna y carente de buen juicio.
“Esta visita vino a perturbar el curso de una investigación profunda que realiza la Policía junto a una comisión de alto nivel de alto nivel que de forma independiente realiza la Procuraduría de la República”, argumentó el reverendo.
Señaló que los pastores acudieron al Palacio de la Policía por invitación de González y aseguró que éste los invitó con el propósito de legalizar la historia, a su juicio, ridícula de que los perseguidos en el carro marca Kia color blanco, habrían robado una pasola y que se les perseguía desde Bonao.
Asimismo, sostuvo que más que convencer a los pastores, el jefe de la Policía buscó bajar la indignación nacional y el estupor que siente la conciencia de los dominicanos por lo que, consideró, es un crimen.
Acotó que la comunidad evangélica y el país esperaban que esa conversación “saliera , por lo menos, un video y una fotografía de los altos mandos policiales postrados de rodillas recibiendo una oración por parte de Molina y Lancen en las que le pidieran perdón al país. También, Mejía indicó que el momento era oportuno para que procedieran a un arrepentimiento “lo que le hubiera sumado alguna credibilidad a esta reunión”.
Luego de manifestar respeto y estima por los pastores Molina y Lancen, el reverendo Mejía dijo que estos fueron sorprendidos en su buena fe y bondad por el director de la Policía “para legalizar una historia que parece, más que un pronunciamiento de dolor, un corte cinematográfico de los que producen en Hollywood”.