Una ola de atracos y robos está afectando a barrios y campos en la provincia de Hato Mayor, mientras las autoridades policiales parecen mostrar indiferencia ante la situación.
Los robos, atracos y asaltos se extienden desde la frontera de Hato Mayor del Rey hasta El Valle y Sabana de la Mar, llevados a cabo por individuos armados hasta los dientes.
El último incidente afectó a un miembro de la institución policial identificado como Javier Colón, de 24 años, quien fue atacado por pistoleros en el tramo carretero Monte Coca-Las Pajas, en el distrito municipal de Mata Palacio.
Colón fue emboscado mientras cruzaba el puente sobre el río Maguá, próximo a Monte Coca. Varios sujetos fuertemente armados interceptaron al agente policial, lo encañonaron y le dispararon tres veces a quemarropa. Le quitaron su motocicleta y su arma de reglamento.
A pesar de sus heridas, Colón logró caminar varios metros hasta donde había varias personas, quienes lo auxiliaron y lo llevaron al hospital Ángel Ponce del municipio de Consuelo. Desde allí fue trasladado al hospital Antonio Musa de San Pedro de Macorís, donde fue intervenido exitosamente. Recibió tres disparos, uno en el tórax, otro en el flanco derecho y un tercero en la región abdominal, todos sin salida, según el diagnóstico médico. Colón es hijo del reconocido oficial de la Policía Nacional, Antero Colón Frías.
En cuanto a los atracos, parece escaparse a las autoridades policiales, que no encuentran la manera de enfrentar a los delincuentes. Estos, una vez cometidas sus fechorías, acuden a comprar drogas y luego se sientan a beber en los colmados para celebrar sus “éxitos”.
En el distrito municipal de Mata Palacio, según informes del periodista Manuel Reyes de Radio Dial, unas 11 personas han sido despojadas de motocicletas, prendas, celulares, dinero y otras pertenencias. Los atracos se registran especialmente en el trayecto Consuelo-Monte Coca.
Hace 15 días, los hermanos Ramón Antonio Escanio de la Rosa (Pichin) y Alfredo Antonio Escanio Sosa fueron despojados de una motocicleta, 23 mil pesos y dos celulares. Fueron interceptados, encañonados, amarrados de pies y manos y llevados a una zona montañosa, pero lograron sobrevivir para contar su experiencia.
El líder comunitario del batey Monte Coca, Alikson Gil Santana, alias Carlos Flow, también fue atracado en el mismo trayecto, siendo despojado de su motocicleta y dinero.
Los robos no se limitan a carreteras, calles y avenidas, sino que también afectan fincas y pequeños predios agrícolas, donde los delincuentes sustraen productos como cacao, plátanos, guineos, rulos y yuca para vender en colmados y mercados de Hato Mayor a precios irrisorios.
Las fincas más afectadas se localizan en las comunidades de Santana, Las Tunas, El Cercadito, El Manchado, Yerba Buena y El Coco, donde los frutos son colectados sin dar tiempo a su recolección.
Muchos de los delincuentes están implicados en robos y atracos para consumir estupefacientes, que se venden en los barrios tan comúnmente como el arroz y las habichuelas.
Al coronel que está en Hato Mayor se le acusa de tener pocas estrategias para enfrentar la ola delincuencial que azota al pueblo católico de Hato Mayor. La policía parece centrarse más en apresar a motoristas y trabajadores, sin tener jurisdicción para ello, en lugar de combatir a los verdaderos delincuentes.