Monseñor Víctor Masalles Pere, obispo de la diócesis de Baní, deploró la situación social que hoy día vive República Dominicana, la que definió como difícil y permeada por la corrupción, la delincuencia y el narcotráfico.A esto se le suma, observó, el hecho de que el alto crecimiento económico que se registra no se refleja en la distribución de la riqueza, “ya que los promedios suben y los pobres siguen siendo pobres, y el crecimiento de la pobreza es evidente, y eso lo dicen los números y se ve en las calles”.
“El desarrollo que tenemos se ha basado en varios modos de transferencias de capitales que son muy ilegítimos, como son la corrupción, el narcotráfico, el contrabando, la delincuencia. Aquí el narcotraficante se enriquece, y después que lava sus capitales se presenta como el gran señor que ha hecho aportes al crecimiento económico, pero esa es una riqueza y un aporte que son ilegítimos, y eso mismo pasa con los corruptos”, apuntó.
En ese aspecto, monseñor Masalles observa que los aportes de muchos capitales al crecimiento económico del país pueden ser cuestionables.
Al conversar con elCaribe en la diócesis de Baní, el obispo también señaló a “los que se ganan la vida con actos de delincuencia, que crean desasosiego social en la población en general”.
La educación
Asimismo, el obispo se mostró preocupado por el rumbo de la educación en el país, ya que ha quedado demostrado que en República Dominicana hay uno de los sistemas educativos menos competitivos, tanto a nivel mundial como del hemisferio americano.
Sobre el tema señala que “es grave que nuestro sistema educativo público no pueda crear una ciudadanía que pueda vivir de manera cívica, porque la educación privada es muy diferente”.
A su juicio, “el problema es que movimientos como el 4% (del PIB) para la educación se aprovechó políticamente por el PLD, que cambió toda la estructura de construcción de obras públicas y la dirigió hacia las escuelas, pero hay poca inversión en la calidad, y por eso los resultados que tenemos en el sistema educativo de República Dominicana”.
Punta Catalina
Monseñor Masalles también se refirió a la construcción de la plata de Punta Catalina como uno de los problemas que encara el país, y de la que dijo que “se está construyendo sin consultar a la sociedad, solo se dijo se hace y punto”.
Sobre el particular, se preguntó sobre “qué va a pasar con el daño ecológico que provoca, qué pasará dentro de 15 años con las cenizas del carbón o rockash, porque vemos que en Arroyo Barril se está viviendo las consecuencias del rockash que trajeron de una planta de Puerto Rico, mucho más pequeña que la de Punta Catalina, y qué va a pasar cuando se deje de traer carbón para esas plantas”.
“Hay muchos daños ecológicos en la zona, porque hay otras tres lomas que ya se están destruyendo para construir esa planta, pues hay un material que se necesita y para suplirlo han destruido esas lomas, y ahora el río Baní está siendo afectado y ya es un chorrito, y nos preguntamos si eso era necesario. Eso nos lleva a preguntarnos si el problema ecológico es una preocupación de la administración actual, porque no todos estamos de acuerdo con que esa planta al carbón era lo adecuado”, enfatizó.
En ese orden, dijo que tiene una preocupación con los recursos hídricos de la región Sur, sobre todo con el recurso agua.
“Si se va a las cuencas hidrográficas lo que ve es que se está sembrando en el monte, porque en el monte cerca de las cuencas no deben hacerse conucos, y eso va a traer consecuencias desastrosas para nuestra relación con la naturaleza si no tenemos una conciencia de respeto hacia la naturaleza”, dijo.
Gran acogida en Baní
Sobre su instalación como Víctor Masalles Pere dijo que no se imaginaba la acogida de los banilejos, de San José de Ocoa y de San Cristóbal. “Siento que la comunidad banileja me ha adoptado como hijo”, y en ese sentido tiene la misión de acompañar esas comunidades.
“El papel de la Iglesia debe ser caminar con, y he venido a acompañar, a caminar con la comunidad, no a dirigir los destinos de nadie, sino anunciar la esperanza, y si hay que denunciar, pues también denunciar. Donde está la gente debe estar la Iglesia”, expresó.
En ese sentido dijo que se ha reunido con la sociedad civil de San Cristóbal, de Baní y San José de Ocoa, pues “Me interesa conocer los problemas que se ven como prioritarios, no solo religiosos, sino social y cualquier otro índole humana, porque si se quiere ser buen pastor, donde esté el hombre ahí debe estar la Iglesia, pues como decía el papa Francisco, la Iglesia y el cristiano tienen que estar en la calle, no dentro del templo”.
En ese orden, dijo que siempre ha tratado de ser un sacerdote cercano de la gente, como lo fui en Capotillo en el 94, antes de irse a estudiar a Roma por ocho años, y luego que regresó hizo lo mismo en San José de Calasanz, ya que para él la cercanía con la gente es muy importante.
Judoca, nadador y un llamado por Cristo
Víctor Masalles Pere es economista, graduado en la UASD, además filósofo y teólogo. Fue judoca y nadador, disciplina ésta última que dejó una marca que prevaleció por 19 años, la cual rompió Marcos Díaz en junio de 1999, con sus 52 kilómetros en 15 horas y 27 segundos. Sin embargo, enfermó de hemofilia y hubo de retirarse. Ya desde antes venía desarrollando una relación muy estrecha con Jesucristo, la que vino de la mano del padre Emiliano Tardif y su madrina María Armenteros. Solicitó ingresar al seminario, lo que hizo en agosto de 1985. “Hay gente que cree que me metí a sacerdote para curarme, y no es así, entré pensando que iba a ser un cura hemofílico. Y la cura llegó en 1988. Es una curación que nunca se ha explicado. Estaba en el tercer año, en el primero de Teología”, asegura. Fue ordenado sacerdote el 7 de julio de 1991 por monseñor Nicolás de Jesús López Rodríguez, quien lo consagró obispo auxiliar el 29 de junio de 2010.