El Colectivo Médicos por la Vida deploró que la procuradora general, Miriam Germán Brito, y el senador de Hermanas Mirabal, Bautista Rojas Gómez, mostraran parcialidad con las tres causales del aborto durante la evaluación a los jueces aspirantes  al Tribunal Constitucional y exhortaron a mantener el equilibrio, puesto que esa corte representa a toda la sociedad, no a un sector.

Los especialistas preguntan si esto significa que los que no favorezcan las causales quedarán excluidos,  si es una estrategia de conformar el órgano con magistrados que defiendan  cambios a la Constitución para introducir la interrupción del embarazo.

Alertaron  del peligro que representa para la propia constitucionalidad interponer convicciones personales a la hora de seleccionar a los miembros del tribunal, porque esta actitud incluso afecta el derecho a pensar distinto al evaluador.

En nombre del grupo, el ginecobstetra colposcopista Juan Fuertes Piantini reiteró que están a favor de salvar las dos vidas y que jamás han planteado que en caso de no ser posible, mueran madre y criatura, al contrario, entienden que si no hay otra opción debe ser salvada la mujer y que eso está regido por protocolos.

 “Si la madre o el bebé están en peligro, tomamos las decisiones que hay que tomar con la mejor intención de salvarlos, si  el bebé es viable. Siempre apostamos y esperamos a que por más pequeño que sea reciba el mejor de los tratos”, sostuvo.

Recordó que  más del 95  % de los casos de embarazo con  complicaciones ocurren pasadas las 20 semanas y complicaciones  de manera importante  a partir de las 28, etapa en la que las dos vidas son salvables y no antes de las 12, tiempo establecido en el proyecto para introducir el aborto en el Código Penal y ya sería un desembarazo por parto natural o cesárea, no un aborto.

 “En embarazo ectópico operamos. Con membrana rota con una cría inviable, cumplimos protocolos de antibióticos y lo que necesitemos y si no progresa no es porque induzcamos aborto, es porque no progresa a pesar de todos los tratamientos  para tratar de salvar  ambas vidas”, expresó.

 En tanto, su colega Noemí Gerrero Cueto citó que en caso de incompetencia itsmicocervical, (cuello uterino abierto)  si es posible cerrar lo hacen, si ya es tarde y si no prospera el embarazo, brindan a la paciente el diagnóstico para que en su próxima gestación tenga tratamiento adecuado pero aclararon que esto también pasa a partir de las 16 semanas y no antes de  las 12.

En cuanto al producto no viable, recordó que ningún estudio es 100 % fiable y pueden cometerse errores graves, por lo que es factible dejar que la naturaleza tome su curso y  así evitar más traumas, porque quedaría duda de si la criatura sobrevivía.

Indicó que las complicaciones que ponen en riesgo  la vida del niño tampoco  surgen antes de las 12 semanas de gestación.

Sobre  la violación, expone que hay investigaciones que indican que las mujeres que abortaron por violación sufren más daños emocionales  que las que siguieron el embarazo.

“Inducir a una mujer a matar a su propio hijo. Eso queda marcado por siempre en sus mentes y corazones más que el violador que debe ser enjuiciado y hacerle pagar ¿Dónde están las leyes que protegen a las mujeres violadas? ¿Dónde está la inversión del Estado para estas mujeres?”, plantea.

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