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Luis Rodolfo Abinader Corona, de 57 años, jurará para su segundo mandato como presidente de la República el próximo 16 de agosto, como líder político consagrado, el gobernante con más poder concentrado en la etapa democrática, líder único del gobernante Partido Revolucionario Moderno (PRM) y una lista de promesas de reformas públicas que anunció hace tres años.
Si algún sello identifica a Abinader en sus primeros cuatro años de gobierno, es que fue probado en el manejo de crisis como el oro en el fuego. Pasó la prueba con notas sobresalientes a juzgar por el apoyo masivo que recibió el PRM en las urnas en las elecciones de febrero y mayo de este año, en las que Abinader fue la figura central para capitalizar apoyo.
El propio hecho de que el periodo de gobierno que casi concluye estuvo marcado por las emergencias de atender crisis diversas, coloca la segunda gestión del presidente Abinader en la obligación de mostrar logros más tangibles y ante el desafío de dejar su sello en la administración pública.
Más allá del control absoluto de los organismos que designarán a los integrantes de los órganos extrapoder, Abinader tiene lo que hasta ahora ningún gobernante había logrado, más las dos terceras partes de los votos del Congreso con lo que podría, sin obstáculos, aprobar iniciativas legislativas que requieren votaciones espaciales como una reforma a la Constitución.
De 222 asambleístas, el PRM tiene 175, 29 senadores y 146 diputados.
Aunque en teoría el Poder Legislativo y el Ejecutivo deben ser independientes, la historia enseña que el Poder Ejecutivo encuentra escaso o ningún contrapeso en el Congreso cuando el mismo partido controla ambos poderes.
Recientemente, por ejemplo, el Congreso intentó aprobar a todo vapor la modificación al Código Penal, sin embargo, cuando el presidente Abinader dijo que la pieza necesita de mayor estudio y consenso, el presidente del Senado, Ricardo de los Santos, que había defendido vehementemente la iniciativa y que fue aprobada en el Senado, declaró que el Código Penal quedaría para ser aprobado por el nuevo Congreso.
Los congresistas también aprobaron una solicitud del Poder Ejecutivo para trasladar la Asamblea Nacional del 16 de agosto para la juramentación del presidente y la vicepresidenta al Teatro Nacional, a pesar de las críticas y el rechazo de los legisladores de oposición.
Al concluir su segundo gobierno en 2028, bajo el liderazgo de Abinader, se habrá renovado por completo el Tribunal Constitucional y unos 13 jueces de la Suprema Corte de Justicia. Además de la integración de otros órganos extrapoder que deben cambiarse cada cuatro años.
En el periodo de gobierno que concluye el 16 de agosto, Abinader puso en marcha la idea de independencia de los órganos extrapoder, desde la perspectiva que los integrantes no deben formar parte de los partidos políticos. Siguiendo esos lineamientos, el Congreso escogió a los miembros de la Cámara de Cuentas, la Junta Central Electoral (JCE) y el Defensor del Pueblo.
El resultado de esa elección al cabo de casi cuatro años, ha sido de éxito para la JCE que recién concluyó su trabajo de organizar las elecciones de febrero y mayo sin contratiempos y confianza en el resultado. Sin embargo, el trabajo de la Cámara de Cuentas ha sido pobre y ha estado salpicado por ruidos por ingobernabilidad a lo interno del pleno.
Presidente reformador
A mediados de este mes, en el marco de La Semanal, el presidente Abinader reiteró que en el próximo periodo someterá una serie de reformas. “A partir del 16 de agosto, cuando presentemos formalmente al Congreso la (reforma) constitucional, pues, ahí también anunciaremos el tiempo de las demás reformas y proyectos de leyes”, puntualizó.
La promesa de someter una serie de reformas para la modernización del Estado y mejorar la calidad de vida de la gente, no es nueva. Es una promesa que hizo el mandatario el 16 de agosto de 2023 en una alocución desde el Palacio Nacional a propósito de cumplir el primer año de su gobierno.
Se trata de 12 reformas que fueron discutidas y consensuadas en el Consejo Económico y Social (CES), pero a pesar de eso no fueron sometidas al Congreso para ser aprobadas. Entre esas reformas figuran cambios al Código de Trabajo y la Ley de Seguridad Social, 87-01.
De hecho, Abinader en varias intervenciones públicas ha repetido que quiere dejar el sello de presidente reformador, cuando le toque abandonar el poder.
Liderazgo partidario
Abinader ha ampliado su liderazgo en el PRM, que inicialmente en la fundación de la organización compartió con el expresidente Hipólito Mejía, pero después de colocarse la banda presidencial, lo ha aumentado sin que ninguno de los dirigentes del PRM se proyecte, al día de hoy, con capacidad para desafiar el poder que tiene Abinader a lo interno del partido oficial. A pesar de eso, Abinader tiene el reto de lidiar con la jubilación política en un país con historia apoyos circunstanciales para quien firma los decretos.
Agenda internacional exitosa en cuatro años
Abinader, concluirá su segundo mandato con una imagen internacional fortalecida al promover la Alianza para el Desarrollo en Democracia que logró reconocimiento internacional. Abinader recibió el premio Chairman’s Award for Leadership in the Americas, otorgado en el marco de la la 54 Conferencia Anual de Washington sobre las Américas. El premio subraya el compromiso excepcional de Abinader con la seguridad regional, la promoción de la democracia y la lucha contra la corrupción desde su elección en 2020. El gobernante también ha desarrollado una agresiva agenda de exigir a la comunidad internacional apoyo para que Haití pueda reorganizarse luego de la profundización de la crisis que afecta a ese país tras el asesinato del presidente Jovenel Moise.