Santiago. Las desvinculaciones de directores y las cancelaciones masivas de personal, sumado a la renuncia del presidente del Consejo, el empresario Carlos Fondeur Victoria y la lucha interna de sectores a lo interno del Partido Revolucionario Moderno, comienzan a afectar la imagen de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago.
Mientras legisladores perremeístas y un sector que adversa la gestión del actual director, Andrés Burgos, aseguran que son 11 los cancelados de importantes posiciones departamentales, la entidad acuífera asegura que solo fueron dos. Burgos dijo que ante la difusión de falsos rumores, de que casi una decena de directores fueron desligados de sus áreas, se ve en la obligación de aclarar que solo dispusieron de dos en área técnica y en financiera. Explicó que estos movimientos administrativos realizados en esa entidad responden a acciones institucionales necesarios para la ejecución adecuada de los proyectos plasmados en el Plan Estratégico Institucional 2021-2024.
Defiende decisión
Burgos recordó que la institución acuífera cuenta con un total de 15 direcciones, en las cuales su personal realiza un trabajo encomiable para mejorar el servicio de agua potable y aguas residuales a Santiago. Sin embargo, asegura que los despidos no obedecen a irregularidades.
El pasado lunes, el empresario Carlos Fondeur Victoria presentó su renuncia como presidente del Consejo de la Coraasan, a menos de ocho meses de ser designado por el Poder Ejecutivo y se cree que en su lugar sería designado el arquitecto Conrado Asencio. Supuestamente, la decisión tomada por Fondeur Victoria obedece a que sus funciones afectan sus intereses como suplidor del Estado, a través de sus empresas constructoras. Algunos diputados han pedido explicación sobre los despidos.
Continúa la cancelación de personal
Mientras se pide explicación a la dirección de Coraasan por las cancelaciones de dirigentes del PRM, la empresa acuífera continúa con la desvinculación de empleados que vienen desde otras administraciones para dar paso a sus colaboradores. Los que aún permanecen en el cargo están con la presión de hacer su trabajo y también entrenar a los que les sustituirán.