El domingo 5 de julio se realizarán las elecciones presidenciales, en las cuales se elegirá el gobernante que habrá de recibir la dirección de estado dominicano de las manos del actual presidente Danilo Medina.
Existen tres aspirantes con posibilidades de ser elegidos como el primer mandatario de la nación, en ese proceso comicial: Gonzalo Castillo, Luis Abinader y Leonel Fernández. Cada uno de ellos tiene un historial y una identidad política que presenta fortalezas y debilidades.
Teniendo presente que estas elecciones tienen una característica muy especial he visto conveniente realizar un análisis puntual sobre lo que podrían evaluarse como las principales fortalezas y debilidades de cada uno de esos candidatos. Iniciamos nuestra disección con el ex -presidente Leonel Fernández.
Fortalezas: Experiencia y preparación intelectual
La principal fortaleza de Leonel está en el hecho de que fue presidente de República por tres períodos, es decir, durante 12 años. Son muchas las personas y los sectores sociales que ayudó, una parte de los cuales hoy están respaldando sus aspiraciones.
Su experiencia como estadista y su gran preparación intelectual son dos atributos que se muestran como fortalezas para sus aspiraciones. Leonel es un gran conocedor de los fundamentos teóricos de la problemática internacional y nacional, pero el impacto de ese elemento queda limitado por la nueva realidad que vive nuestra sociedad, donde las personas ya no se ilusionan con palabras bonitas ni el amplio conocimiento de los líderes políticos, sino por sus resultados.
Debilidades: Partido débil, no genera esperanza y poco impacto en la juventud
Hasta hace solo 8 meses, Leonel era presidente y uno de los líderes principales del PLD, el partido de gobierno y una de las maquinarias electorales más poderosas. Pero al perder la convención de ese partido, alegando un fraude en su contra, decidió renunciar y empezar desde cero con una nueva organización que denominó Fuerza del Pueblo. Ese paso de Leonel fue un gran riesgo político. El PLD no fue afectado de manera significativa con su salida y el resultado es que hoy día, todas las encuestas creíbles le colocan en un lejano tercer lugar.
La Fuerza del Pueblo, el soporte orgánico electoral de Leonel, es una entidad nueva, sin estructura, sin presencia nacional real y sin conocimiento de la población. Esa es una gran debilidad de su candidatura. Para romper esa idea de debilidad orgánica, Leonel y la FP han montado una campaña mediática de supuestas renuncias del PLD, pero todo el que conoce la intríngulis política sabe muy bien que eso no tiene asidero y es más propaganda que realidad.
Otra gran debilidad de Leonel es que después de tres veces como presidente, es poco atractivo para las nuevas generaciones. Los jóvenes no ven en Leonel alguien que pueda impactarlo o emocionarlo. Leonel no genera sentimientos de esperanza para un electorado que es mayormente joven, que busca nuevas opciones y líderes que los representen.
La clave de cualquier candidato presidencial es ser capaz de sembrar esperanzas en los corazones de los electores, y al mismo tiempo generar la suficiente confianza para que vean en ese candidato la persona capaz de dirigir la nación, resolver los problemas y mejorarles la vida. En ese aspecto el ex presidente Fernández, después de tres períodos como mandatario, no tiene nada confiable que pueda ofrecer.
Por todo eso es que Leonel está en tercer lugar, con un apoyo que no llega a un 10%. Él está jugando a ser factor decisivo para la segunda vuelta. Pero al ritmo que van las cosas, podría quedar muy disminuido ante la polarización entre PLD y PRM. Y si Gonzalo o Luis pasan en primera vuelta, el golpe político que recibirá Leonel será histórico y muy difícil de superar en el futuro inmediato.