El 23 de junio de 2021, Silvio Carrasco, exdirector del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), había dicho al periódico elCaribe que el vecino país y la República Dominicana debían poner en marcha una “diplomacia hídrica” con la finalidad de construir tres grandes presas binacionales sobre los ríos Masacre, Artibonito y Pedernales.

Esa propuesta, según Carrasco, traería múltiples beneficios a ambos países y que es “absolutamente factible” porque puede llevarse a cabo con recursos de las dos naciones y dinero de los países que quieren ayudar tanto a Haití como a la República Dominicana.

En ese momento al referirse a la presa que debería construirse en el río Masacre, el exfuncionario expresó que sería una obra estratégica para abastecer de agua a la comunidad de Juana Méndez, en Haití, y a la provincia Dajabón, en suelo dominicano.

Visualiza su ubicación en la confluencia del Masacre, del lado dominicano, y del río Capotillo, en Haití, en el punto conocido como Don Miguel, donde está el canal que lleva ese mismo nombre.

De acuerdo con el experto, el embalse almacenaría alrededor de “100 millones de metros cúbicos, que son tres metros cúbicos por segundo. La mitad de esa agua iría a Haití y la otra mitad a la República Dominicana, sin ninguna discusión”.

Prejuicios que dañan

Con la construcción de una presa de esa naturaleza, el controversial canal de riego que se levanta en Haití quedaría descartado. “La presa resolvería el problema de una vez. Esta es una obra que se planteó a final de los años 50. Cuando se iba a construir el canal Don Miguel y el acueducto de Dajabón se planteó hacer una presa en Don Miguel para que alimentara esas dos obras, pero no se pudo llegar a un acuerdo simplemente por los prejuicios y por la falta de documentación técnica en esa oportunidad, que ahora sobra”, explicó.

Carrasco asegura que aunque el sur es la región que cuenta con más disponibilidad de agua en todo el territorio nacional, irónicamente es también la zona que acusa mayor escasez del líquido, además de que hace un pobre aprovechamiento del líquido con fines económicos.

Desde la óptica del catedrático, esta situación se debe a que la República Dominicana no ha podido aprovechar todo el potencial del río Artibonito por la “falta de un acuerdo con Haití y por los prejuicios que existen entre los dos países”.

“Son prejuicios históricos que se quieren llevar al agua, y eso hay que sacarlo del debate porque el agua no tiene fronteras”, sostuvo Carrasco, durante una entrevista en elCaribe.

Presa sobre el Artibonito

Tras advertir que en la provincia San Juan persistirá la escasez de agua hasta que no se aproveche el río Artibonito, el experto hídrico propone la construcción de una presa en el punto Dos Bocas, justo en la confluencia del Macasía, que pasa por Las Matas de Farfán, y el río Guayamouc, en Haití.

“El río Guayamouc, en la margen haitiana y el río Macasía, en la margen dominicana, se unen en un punto que se llama Las Dos Bocas. En ese punto hay que hacer una presa binacional hecha por la República Dominicana, no por Haití, porque hay un principio binacional sobre las aguas internacionales que plantea que los países de mayor desarrollo deben cooperar con la infraestructura”, destaca.

Carrasco afirma que la presa “Dos Bocas” sería la más grande de la isla Española.

“Todas las presas de República Dominicana juntas almacenan cerca de 2 mil millones de metros cúbicos y el país produce 25 mil millones de metros cúbicos. La presa de Dos Bocas almacenaría igual a todas las presas juntas de República Dominicana. Dos mil millones de metros cúbicos, que es suficiente agua para Haití y para el Valle de San Juan, que la necesita”, precisa.

Al ponderar el impacto social y económico de la obra hídrica en Dos Bocas, la presenta como estratégica para desarrollar Haití y el Valle de San Juan, que por años ha enfrentado los embates de la falta de agua.

Otra presa a considerar, de acuerdo a lo planteado por el ingeniero Carrasco, estaría en Pedernales, la cual serviría para iniciar un acueducto para Bahía de Las Águilas e impulsar su desarrollo.

El canal viola principios internacionales del agua

Principios de transparencia, vecindad y de rigurosidad profesional son solo tres de los violados por Haití, al iniciar la construcción de un canal de riego en el río Masacre. Desde la óptica de Carrasco, Haití nunca debió iniciar la construcción de un canal de riego sin el consentimiento de República Dominicana ni contar con planos técnicos o un estudio hidrológico. Asegura que también se transgredió la equidad al no contemplar una compuerta para la distribución equitativa del agua.

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