La calificadora de riesgo resalta la rapidez del proceso de vacunación; pronostica un crecimiento del 6 % para el país
La agencia calificadora de riesgo Moody’s elevó su proyección de crecimiento para 2021 en República Dominicana a 6 %, principalmente debido a un efecto de arrastre positivo mayor al esperado anteriormente, y debido a la rápida implementación de vacunas en el país, que actualmente está por delante de varios países de América Latina y el Caribe en términos de total de dosis administradas.
“El rápido ritmo del lanzamiento de la vacuna apoyará una reapertura más rápida de la actividad nacional, incluida la construcción, el comercio y otros servicios, y apoyará una recuperación más rápida en el sector del turismo. Esto último también está relacionado con la estructura favorable del sector turístico, ya que no está tan expuesto a los cruceros como otros destinos en el Caribe y alrededor del 30 % de los turistas provienen de Estados Unidos, donde Moody’s espera que el crecimiento se recupere con fuerza este año”, dice la firma.
Y anticipa que se controlarán los riesgos de liquidez del Gobierno dominicano y asegura que la exposición del país al financiamiento transfronterizo seguirá siendo alta, así como su dependencia del financiamiento en moneda extranjera.
“Es probable que el gobierno continúe priorizando costos de financiamiento más bajos sobre el riesgo cambiario. Como resultado, su balance mantendrá una exposición relativamente alta al riesgo de tipo de cambio: alrededor de dos tercios de la deuda del gobierno está denominada en moneda extranjera”, dice la firma en un informe. Moody’s espera que las necesidades de financiamiento bruto disminuyan en 2021-2023 a alrededor del 9 %-10 % del Producto Interno Bruto (PIB), similar a 2018-2019 y por debajo del 14 % del PIB en 2020.
“En la pandemia por covid-19, República Dominicana demostró flexibilidad de financiamiento a través de su acceso ininterrumpido al mercado de capitales a tasas favorables, así como el apoyo financiero de las multilaterales para cubrir la gran brecha financiera del año pasado”, indica el informe. Y resalta que República Dominicana ha experimentado una reducción de los riesgos externos durante la última década, con un déficit en cuenta corriente de 1.2 % del PIB en promedio durante 2016-2020 en comparación con 46 % durante 2011-2015. “Si bien el país sigue dependiendo de las importaciones de combustibles, el déficit en cuenta corriente ha disminuido significativamente debido a la caída de los precios del petróleo, los esfuerzos por diversificar la combinación energética y la acumulación de reservas de divisas. Las reservas han aumentado constantemente desde 2014 y alcanzaron los US$10.7 mil millones a fines de 2020”, indica.
Y agrega que “de cara al futuro, los esfuerzos en curso para diversificar aún más la combinación energética y reducir estructuralmente la dependencia de la República Dominicana de las importaciones de petróleo seguirán reduciendo la exposición de la cuenta corriente a los movimientos de los precios del petróleo”.
Sostiene que en 2020, la severa contracción económica mundial afectó negativamente las cuentas externas de la República Dominicana a través de una caída en los ingresos por turismo, así como la depresión de la demanda externa. Sin embargo, el fuerte crecimiento de las remesas combinado con una mayor compresión de las importaciones que la caída de las exportaciones limitó la ampliación del déficit en cuenta corriente.
“Como en años anteriores, el déficit en cuenta corriente se financia íntegramente con inversión extranjera directa, que alcanzó los 2,500 millones de dólares en 2020, a pesar de la pandemia, impulsada principalmente por los sectores de comunicaciones, minería e inmobiliario.
El informe resalta que desde 2002, el crecimiento económico en la República Dominicana ha promediado más del 5 % anual y el PIB per cápita (PPP) se ha más que duplicado. La pandemia tuvo un impacto negativo severo en el crecimiento en 2020, con una contracción estimada del 6.7 % impulsada por la combinación de una fuerte disminución en las llegadas de turistas y un menor consumo interno en medio de las medidas de distanciamiento social y cuarentena inducidas por la pandemia.
“Dicho esto, la contracción económica no fue tan grande como en los pares regionales y otros países dependientes del turismo. Esto refleja en parte una exposición más modesta al turismo en comparación con sus pares, con la contribución total del turismo al 16 % del PIB en comparación con el 25 % o más en los pares caribeños”, agrega Moody’s.
El turismo y las vacunas
Reconoce que “a pesar de que la industria sufrió un impacto significativo en el segundo trimestre de 2020, la actividad se reanudó parcialmente en el verano y dada la fuerte colaboración entre el gobierno y el sector privado para minimizar el contagio y ayudar a los turistas, el sector experimentó un aumento en las reservas para el final del año: el total de llegadas en 2020 estuvo por debajo del 40 % del nivel registrado en 2019, alcanzó un máximo del 62 % en los últimos meses de 2020 y las cifras preliminares del gobierno para principios de 2021 muestran una tendencia de recuperación sostenida. De cara al futuro, la respuesta política relativamente fuerte y prolongada del gobierno probablemente limitará los efectos devastadores de la pandemia en la economía a mediano plazo, aunque a un costo fiscal, lo que respalda nuestra suposición de un retorno al crecimiento prepandémico de una tasa del 5 % por año”, sostiene.
El respaldo fiscal
Moody’s recordó que “en 2020, el gobierno brindó un apoyo fiscal prolongado en el lado de los ingresos y el gasto a los hogares y empresas en medio del shock pandémico, que asciende a más del 2 % del PIB”. Indica en su informe que dada la contracción económica estimada del 6.7 % el año pasado, el déficit fiscal alcanzó el 7.5 % del PIB, un aumento significativo en comparación con el 2.3 % del PIB en 2019, pero inferior a sus estimaciones anteriores de 10.2 % del PIB para fin de año. La relación deuda/PIB aumentó en 15 puntos porcentuales este año, a 57.1 %, que está ligeramente por debajo de la mediana de la calificación Ba.
Moody’s espera una senda de consolidación fiscal gradual a partir de este año, con un déficit fiscal que se reducirá a alrededor de 4 % del PIB y se mantendrá alrededor del 3 % del PIB en 2022 y más allá. Esto implica que la ratio de endeudamiento seguirá deteriorándose, aunque a un ritmo más lento.
Según dice la firma “a pesar de una relación deuda/PIB inferior a la de sus pares, República Dominicana tiene dos debilidades crediticias clave que se destacan en relación de esos pares: la deuda pública es vulnerable al riesgo de tipo de cambio, dado que dos tercios del total están denominados en moneda extranjera y escasa asequibilidad de la deuda debido en gran parte a una base de ingresos muy baja, relacionada con exenciones fiscales.
Para el 2022 se estaría realizando una reforma
Moody’s resalta que la nueva administración está contemplando reformas para mejorar los ingresos este año, y su implementación comenzará en 2022. Aunque los detalles aún no se han hecho públicos, Moody’s espera que las reformas busquen aumentar los ingresos del gobierno simplificando el sistema tributario y potencialmente expandiendo la base tributaria. Si bien los riesgos de implementación son considerables, Moody’s cree que el gobierno priorizará el aumento de los ingresos públicos y el mantenimiento de la restricción fiscal, consciente de su importancia para mantener la sostenibilidad de la deuda a mediano plazo y un acceso favorable al mercado.
Destaca los esfuerzos del gobierno para racionalizar gastos con diversas medidas, como la consolidación de las entidades gubernamentales, una mejor planificación presupuestaria y una mejor gestión de la tesorería. Se han puesto en marcha estrategias proactivas de prefinanciación de la deuda.
Espera niveles de deuda suban moderadamente
Moody’s espera que los niveles de deuda del gobierno suban solo moderadamente y asume que el gobierno buscará reformas para mejorar los ingresos, que se implementarán a partir del próximo año, lo que abordaría las restricciones fiscales del país debido a su base impositiva limitada. La agencia de calificación espera que la balanza de pagos y la liquidez del gobierno se mantengan contenidas, y proyecta un crecimiento económico de alrededor del 5% en promedio en el mediano plazo. La perspectiva estable también toma en cuenta un marco institucional que está mejorando, en la administración y recaudación tributaria, la gestión presupuestaria y de tesorería y en los esfuerzos por fortalecer el sistema judicial. Indica que “una reforma del sector eléctrico, ya en marcha, contribuirá a reducir las pérdidas y reducirá su impacto en las cuentas fiscales”. Moody’s también espera que el sector bancario se mantenga resistente al deterioro previsto en la calidad de los activos.