El magistrado Samuel Arias Arzeno destacó los beneficios de la implementación de la Firma Electrónica en el sistema de justicia dominicano, durante su intervención en el seminario virtual “Más allá de un año de cambios” de la Asociación Interamericana de la Propiedad Intelectual (ASIPI).
El juez de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), magistrado Samuel Arias Arzeno, aseguró que esa alta corte ha logrado en los últimos meses importantes avances con el uso de la tecnología.
Durante su participación, el magistrado Arias sostuvo que uno de los grandes logros ha sido la dotación a 1,700 empleados de laptops, routers, tabletas y webcams, a fin de que puedan realizar sus labores mediante el teletrabajo o trabajo a distancia.
En su disertación del panel titulado: “La nueva realidad del sistema judicial”, el juez de la SCJ destacó la política de eliminación del papel que tiene el Poder Judicial.
“Tengo más de 7 meses de trabajo sin usar papel, y eso es un gran avance para nosotros. La digitalización no es perfecta, pero nos ha permitido trabajar sin necesidad de estar en contacto con el papel”.
Además, destacó que otro de los grandes triunfos que ha tenido la Suprema Corte de Justicia en materia civil ha sido la celebración de audiencias virtuales. No obstante, sostuvo que los servicios presenciales también deben mantenerse.
“Uno de los retos del Poder Judicial es que la tecnología tiene necesariamente que adaptarse a la realidad socioeconómica que tiene el país. No podemos vivir a espaldas creyendo que cada usuario, porque tenga un celular inteligente, sabe utilizarlo adecuadamente para acceder a la justicia”, expuso.
En el seminario virtual también participaron el pasado presidente de ASIPI, Fernando Triana; la jueza federal de Rio de Janeiro, magistrada Carolina Tauk y el juez del Tribunal Federal de Justicia Administrativa de México, magistrado Manuel Hallivis.
Cada uno de los magistrados disertaron sobre la realidad de sus respectivos países (México, Brasil y República Dominicana) y de cómo las tecnologías ayudaron a que no colapsaran sus sistemas de justicia durante la pandemia.