Santo Domingo,RD.- Sacerdotes de la iglesia católica arremetieron este Viernes Santo contra la corrupción y la delincuencia en el país.
La crítica de los religiosos tuvo lugar durante el Sermón de las Siete Palabras, centro de los actos litúrgicos por este emblemático día de la Semana Santa, en la Catedral Primada de América, en el Distrito Nacional.
Las Siete Palabras recuerdan el martirio de Jesús en la cruz del calvario.
En la primera palabra: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, criticaron la soberbia del poder, la impunidad frente a la corrupción, asesinatos de presente y futuro, momento en que hicieron referencia a la muerte de la señora Delcy Yaport y el acto de perdón de sus familiares.
Con la segunda palabra: “Hoy estarás conmigo en el paraíso”, criticaron a los políticos y religiosos que cimentan sus vidas en la brutalidad e instintos viciados.
En la tercera: “Mujer, ahí tienes a tu hijo, hijo ahí tienes a tu madre”, condenaron que las autoridades y políticos no brinden seguridad a la ciudadanía. Resaltaron también que en actos delictivos estén involucrados agentes de la Policía Nacional.
El padre Carlos Manuel Frías dijo que “queremos vivir en verde por la esperanza y el cambio”, enunciado que recordó al Movimiento Verde contra la corrupción y la impunidad.
Se refirieron además al tema del aborto, aclarándole al Estado que no es dueño de la vida de nadie.
Con la cuarta palabra: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, hicieron referencia a los casos de corrupción generalizada en todos los estratos sociales, públicos y privados, y cuestionaron a dónde se llegará como nación.
Con la quinta palabra: “Tengo Sed”, manifestaron que las familias dominicanas están sedientas de ser escuchadas y obtener respuestas a sus necesidades, de conseguir recursos para sacar a sus familias adelante, y que también están sedientas de un país digno.
“La delincuencia nos arropa y nos hemos convertido en una nación con delirios de persecución e inseguridad”, lamentaron. Asimismo, clamaron al Señor Jesús que no permita que los fuertes se complazcan en el mal, ni injusticias ni despotismo.
La sexta palabra: “Todo se ha cumplido“, pronunciada por el diácono Franco Antonio Luna, de la iglesia San Antonio de Padua, cuestionó que muchos de los funcionarios no respondan de igual manera a casos de corrupción y se hagan sordos y mudos.
Durante la séptima y última palabra: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, calificaron de fallido el sistema judicial del país, por entender que las autoridades civiles y militares se dejan corromper por el afán de riquezas materiales y obsesión de poder.