Ratificó una vez más su posición en contra de la interrupción voluntaria del embarazo en cualquier caso
Infidelidades en el matrimonio, malas prácticas en el ministerio cristiano, aprobación de la muerte y el aborto, centraron la atención de la Iglesia católica durante la misa Pascual o de Domingo de Resurrección.
En el acto religioso, celebrado en la Catedral Primada de América de Santo Domingo, el párroco Nelson Rafael Clark Vásquez volvió a rectificar la posición de la Iglesia Católica en contra de la interrupción voluntaria del embarazo.
“A los que han pecado en el matrimonio, a los que han sido infieles, a los que han fallado en el ministerio, a los que han defendido la muerte, a los que han defendido el abordo, Dios hoy les perdona”, resaltó.
Clark Vásquez dijo, además, que la iglesia Católica defiende “la vida, no la muerte en ningún modo” y, por lo tanto, considera que un aborto es poner fin a una vida que se está gestando.
Por ese motivo la Iglesia católica —una de las instituciones religiosas más importantes e influyentes del mundo— se opone a la práctica del aborto en cualquier circunstancia, aunque el diagnóstico prenatal muestre malformaciones en el feto o el embarazo suponga un peligro para la salud de la mujer.
Esta postura influye en millones de creyentes católicos en todo el mundo.
En otro orden, el párroco de la Catedral Primada de América de Santo Domingo sostuvo que hoy en día la inmundicia está arropando a la sociedad a través de la tecnología.
Aclaró que no está en contra de la tecnología, sino que se le debe dar el uso correcto para sacarle el mayor provecho.
Exhortó a los feligreses católicos verdaderamente tienen a Jesús en su corazón, a no tener miedo de ser cristianos diferentes que reflejen el amor al prójimo, hacer el bien y tratar al otro como quisiera ser tratado.
Domingo Resurrección
El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta central de los católicos en la que se conmemora la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado, de acuerdo con los evangelios canónicos.
La Pascua marca el final de la Semana Santa (y del Triduo Pascual), en la que se conmemora la muerte y resurrección de Jesús. La Pascua inicia un período de cincuenta días llamado Tiempo pascual que termina el día de Pentecostés.
Los cristianos católicos con la fiesta de la Pascua conmemoran el paso de Jesucristo de la muerte a la vida, su resurrección, acontecida en domingo, en el tercer día de su muerte, para salvar al pueblo de Dios, que queda liberado así de las consecuencias de los pecados que lo alejan del Creador.
El párroco Nelson Rafael Clark Vásquez recordó que Cristo triunfó sobre la muerte y con esto abrió la puerta a la vida.
La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.
Durante la eucaristía se citó a Juan 20:1-9 que dice que: “El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro. Entonces corrió, y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto”.
El religioso dijo que cuando se celebra la Resurrección de Cristo, se está celebrando “nuestra propia liberación”, la derrota del pecado y de la muerte.
Resaltó que en la resurrección se encuentra la clave de la esperanza cristiana: “La Iglesia, nosotros, cantamos unánime porque Cristo ha pagado la deuda de Adán”, manifestó Clark Vásquez.
Expresó que con que la resurrección de Cristo nace una nación nueva: “no más lutos, ni llantos ni lamentos porque Cristo ha resucitado”.
La celebración de la Pascua se continúa durante el periodo del año litúrgico conocido como Tiempo pascual. Se trata de cincuenta días que van desde el Domingo de Resurrección o de Pascua al Domingo de Pentecostés. Es un tiempo celebrativo marcado por la alegría.
Los domingos de este tiempo se denominan “domingos de pascua”, y se analiza un aspecto del misterio pascual a través de las lecturas, muy en especialmente el evangelio de Juan.