La Revolución de Abril de 1965, de la que hoy se cumplen 53 años, se caracterizó por estar concentrada básicamente en la ciudad de Santo Domingo, al tiempo que tenía dos direcciones: una política, encabezada por el PRD, y otra militar, cuya figura principal fue el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.
El movimiento logró unir a su alrededor a sectores representativos de la burguesía urbana y a trabajadores y obreros, quienes convergían en el objetivo de la vuelta a la constitucionalidad y rescatar la incipiente democracia que el país comenzaba a vivir tras el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo y el gobierno iniciado por el profesor Juan Bosch el 23 de febrero de 1962 y derrocado por fuerzas militares el 25 de septiembre del mismo año.
En esencia, en cuanto a sus bases sociales, la de abril es considerada una revolución popular en cuanto coincidieron en los reclamos y los combates simples ciudadanos, militares y policías de todos los rangos, revolucionarios internacionalistas y militantes de organizaciones de derecha y de la izquierda, como lo eran el Movimiento Popular Dominicano (MPD), el Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4) y el Partido Comunista Dominicano (PCD).
Política y militarmente los constitucionalistas se organizaron en los llamados comandos, que operaban tanto en la Ciudad Colonial, donde estaba localizado el mando central, como en distintos barrios de la parte alta de la capital.
Las causas
La revolución de abril estuvo motivada por el golpe de Estado al gobierno del profesor Juan Bosch, quien había impulsado una Constitución que otorgaba libertades que nunca se habían conocido en el país; se declaraba algunos derechos laborales, así como a sindicatos, fueron tomadas en cuenta también las mujeres embarazadas, las personas sin hogar, la familia, los niños y los jóvenes, los agricultores y los hijos legítimos.
Conservadores y militares, entre ellos la Iglesia Católica conspiraron para dar el golpe de Estado a Bosch el 25 de septiembre de 1963.
La guerra
Los militares encabezados por el coronel Fernández Domínguez, tomaron la histórica decisión de distribuir armas entre la población civil, miembros de los Partidos de la Izquierda y del Partido Revolucionario Dominicano; así se organizaron los llamados comandos, forma de organización militar propia de las guerrillas urbanas. La guerra civil para el 25 de abril de 1965 ya era un hecho.
La batalla del puente Duarte fue una de las más sangrientas, pero al final de la misma, las tropas reaccionarias de Wessin y Wessin fueron derrotadas y obligadas a volver sobre sus pasos. Fue tan formidable la participación popular, que muy pronto el aparato militar regular, quedó virtualmente desarticulado por las acciones militares del pueblo en armas. Fue tomada la fortaleza Ozama en donde se encontraba la odiada Policía Nacional, en su versión de los cascos blancos.
Cuando los constitucionalistas se preparaban para el ataque decisivo contra la base aérea de San Isidro, los sectores conservadores solicitaron a los Estados Unidos su intervención militar, y el 28 de abril se inició el desembarco de 42,000 soldados norteamericanos.
La guerra de abril en 1965 finalizó después de muchas rondas de negociaciones, dirigidas por la OEA, la cual había integrado la llamada Fuerza Interamericana de Paz, donde participaron soldados de diferentes países.
Mensaje de Danilo Medina
Ayer el presidente Danilo Medina rememoró la revolución constitucionalista y se unió al sentir del pueblo dominicano, ante el recuerdo de este acontecimiento. Danilo Medina dijo que “la Revolución de 1965 hizo nacer en la República Dominicana una nueva etapa de vida política, económica, cultural y social, en las más diversas manifestaciones, con aires de libertad, tras 30 años de sangrienta dictadura”.