El Ministerio de Salud llamó ayer a consulta pública para modificar la Norma Nacional para la Prevención y Control de infecciones, así como una nueva resolución que establece regulaciones para el uso de lámparas de cuello de ganso en los establecimientos de salud.
La decisión de la institución se produce en un contexto que muestra un incremento de las muertes maternas e infantiles, muchas de las cuales están vinculadas a infecciones adquiridas en el ámbito hospitalario, y a cinco meses del fallecimiento de un recién nacido que resultó quemado en el Hospital de la Mujer mientras recibía calor con una lámpara de cuello de ganso.
Según el más reciente boletín publicado ayer por la Dirección General de Epidemiología, hasta el 21 de abril habían perecido 969 bebés y 55 madres.
A juzgar por los últimos hechos, la Norma de cumplimiento obligatorio, que data del año 2013 y establece las acciones para minimizar los riesgos de infecciones en los centros de internamiento con más de 50 camas, no se cumple según lo establecido.
El documento ordena la conformación de Comités de Control de Infecciones, llamados a detectar y reportar oportunamente los casos y brotes de infecciones asociadas a la atención, los accidentes laborales con objetos cortopunzantes, las bacterias multidrogorresistentes, la bacteriemia asociada al uso de catéteres, la neumonía relacionada con el uso de ventiladores, las infecciones del sitio de una intervención quirúrgica, las infecciones de quemadura en unidades de quemados y las infecciones de tracto urinario asociadas a la colocación de sondas.
Según la norma, la vigilancia epidemiológica debe ejecutarse en áreas como cuidados intensivos, cirugía, hospitalización, neonatología, oncología, hematología, hemodiálisis y atención a quemados.
Muchos establecimientos de salud violan la normativa, pues no tienen un sistema de suministro de agua segura las 24 horas ni lavamanos amplios que se accionen con el codo, rodilla o pie.