En la medida que el país pierde la posibilidad de captación de agua, como por ejemplo, el caso de los bosques, que es una guerra que estamos perdiendo o, cada vez que se ven casos como el incendio de Valle Nuevo, donde se afectaron 50 kilómetros cuadrados del bosque llamado “madre de las aguas”, una de nuestras principales reservas para el agua que consumen aproximadamente 7 de cada 10 dominicanos en cuatro regiones del país, surge la pregunta de qué se puede hacer para mantener agua potable en el mundo.
El ambientalista y coordinador de la Fundación Acción Verde, Nelson Bautista, y el director de Asuntos Públicos de Bepensa Dominicana, también creador del programa de Sistema Coca-Cola «Agua por el Futuro», Juan Amell, procuran dar respuesta de manera certera a esta interrogante, durante su participación en el panel del programa Despierta con CDN, titulado “Situación del agua a nivel mundial con enfoque en RD”, a propósito de conmemorarse este 22 de marzo el Día Internacional del Agua”.
A juicio de Nelson Bautista, lo primero que se debe hacer es proteger con uñas y dientes los bosques de montaña como fuentes primordiales de captación de agua, y que son, a su vez, las primeras víctimas de los fuegos forestales, de la agricultura extensiva, de la ganadería y de otros fenómenos que lamentablemente los están mermando a lo largo de los años.
Dice que esta situación han provocado las muertes de decenas de riego de agua. Agrega que en Santiago, por ejemplo, son incontables al menos siete sistemas de riego que dependían de la Cordillera Septentrional que iban al río Yaque del Norte y ya literalmente no existen.
Existe voluntad política
En un segundo escenario, plantea que le consta que el presidente Luis Abinader ha colocado el agua entre sus prioridades, ya que constituyó una mesa del agua que se reúne religiosamente los martes de cada semana. Además, señala que hay un pacto del agua que al parecer será muy interesante.
Sin embargo, entiende que los acuerdos puestos en papel, “hay que ponerle carne en el territorio, hay que ponerle esfuerzo real y cierto, para que las fuentes de agua sean mejor conservadas y, en un segundo plano, para que los consumidores asumamos la responsabilidad que recae sobre nuestros hombros. Cuando hablo de consumidores no solo me refiero a los que utilizan el agua para ducharse en Santo Domingo, sino también los que la usan para la agricultura, la ganadería y hasta para la industria”.
Sostiene que se trata de un esfuerzo que debe ser integral y mancomunado, para proteger la fuente y mantener un consumo responsable.
De su lado, Juan Amell sugier que se trabaje de manera proactiva y recordó que en 2013 la fundación que dirige inició un proyecto llamado “agua por el futuro”, cuyo propósito era devolverle a la naturaleza la cantidad de agua que se utiliza en los productos de consumo humano, lo que a su juicio suena simple, pero es bastante complejo de ejecutar.
Explica que realizan esos trabajos en coordinación con una organización no gubernamental (ONG) experta en materia de medioambiente, específicamente en el tema del agua. Destaca que a la fecha han logrado trabajar en las principales cuencas del país, entre las que destacan la microcuenca del río Yaque del Norte, en la cuenca del río Nizao, en la micro cuenca de Mahomita y en la cuenca del río Haina, realizando diferentes labores.
La conservación es de capital importancia
Dice que los trabajos de conservación son de capital importancia, pero también habría que trabajar en la recuperación de la capa boscosa, a través de acciones de reforestación. Además, plantea que se debe trabajar intensamente con los comunitarios de la zona, para desarrollar actividades de agricultura y ganadería de forma correcta.
“En eso estamos súper alineados y esas son las acciones que venimos realizando. Desde el 2015 venimos cumpliendo estas metas, por siete años de manera consecutiva y seguimos trabajando para adelante porque el tema continúa. Debemos seguir trabajando por este tema”, expone.
Al ser preguntados de cuál es la situación actual en que se encuentra República Dominicana en materia de condición y producción de agua, Nelson Bautista sostiene que la situación del agua en el país desde el punto de vista de producción contra consumo va cuesta riba, lo que a su juicio quiere decir que la población consume, por mucho, más del agua que logra captar y almacenar.
Expresa que esta situación se observa en la sequía estacionaria tiene en vilo a productores, con el agravante de que todo luce que durante el año se va a complicar.
“Por ejemplo, los productores de San Juan ya tienen un plazo de los días que le queda a la presa de Sabaneta para los agricultores del Valle de San Juan. Si vas a Santiago Rodríguez, con el caso de la ganadería hace unos años tuvieron una mortandad de miles de reses por el tema de la crisis del agua. Y los ríos de la Sierra, como el Guayubín, están pasando por esa sequía extrema que solo se abastece prácticamente cuando llueve”, comenta.
Poca agua en las presas
Asimismo, puntualiza que el nivel de envase en la presa de Taveras es muy bajo, lo que afecta muchísimo la producción eléctrica, pero también llama a un racionamiento del consumo de agua en todo el acueducto del Cibao Central.
En el caso de Santo Domingo, dice que está el caso de la presa de Valdesia y otros afluentes que se abastecen, en gran parte, con afluentes de Valle Nuevo y el río Nizao, se ha visto muy afectada con la sequía. Por tanto, entiende que Santo Domingo está casi obligado a entrar en un proceso de racionalización del agua, situación que ya ha sido advertida por la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD).
En relación a los pozos subterráneos, que son recargas del subsuelo, sostiene que en ciudades como Santo Domingo y Punta Cana, en donde la mayor parte del abasto se produce con agua subterránea, produce un efecto a la larga negativo, si no se recarga adecuadamente, debido a que hay inclusión salina.
“O sea, el agua del mar empieza a afectar a estos acueductos. Es decir, podemos decir que la situación del agua en el país es para preservar, mejorar y fortalecer los sistemas de captación de agua, porque nunca habrá una mejor represa que un bosque bien reforestado”, sugirió.
El plan Coca-Cola
De su lado, Juan Amell plantea que desde el punto de vista del Sistema Coca-Cola lo primero que toman en consideración es la proactividad. Explica que enfocan la ejecución en dos vertientes: primero, el proyecto “agua por el futuro”, que persigue lograr que los micros cuencas logren generar agua suficiente para hacer que el volumen producido sea superior al que se utiliza en los productos.
“Pero también está el agua de los procesos a lo interno, donde creemos fielmente en el proceso de las tres R: reducir, rehusar y reciclar. Con este programa logramos reducir en un 25% el agua que se utiliza”, destaca.
Defiende la idea de que son parte de la solución, ya que se suman proactivamente a atacar el problema y ser parte del trabajo que se realiza con los diferentes actores.