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Santo Domingo.- “El cambio climático no es un problema del futuro, es una realidad que vivimos hoy y sus consecuencias ya están afectando a los agricultores de sectores como el banano, el cacao y el café.
Las altas temperaturas, la alteración en los regímenes de lluvias y la mayor frecuencia de fenómenos extremos como huracanes y sequías están causando disminución de la productividad, aumento en la incidencia de plagas y enfermedades e inestabilidad en los mercados”.
Así se expresó el vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático y Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL), Max Puig, durante su participación en el Segundo Encuentro Internacional del proyecto biofincas, una iniciativa de alcance regional que promueve la agricultura biodiversa y el financiamiento verde.
En su intervención, Puig detalló que los efectos del cambio climático como las olas de calor, eventos hidrometeorológicos extremos o sequías prolongadas causan un menor rendimiento por tarea de tierra en la agricultura, especialmente debido a los cambios en la disponibilidad de agua y la degradación de los suelos.
También señaló que el cambio en las condiciones climáticas favorece la proliferación de hongos y plagas que afectan la producción agrícola, lo que impacta la calidad y cantidad de los cultivos, afectando la economía de las familias productoras y generando incertidumbre en los mercados nacionales e internacionales.
“La agricultura es uno de los pilares de nuestra economía, pero no es el único que está siendo sometido a prueba: el turismo, la biodiversidad, la salud, la resiliencia urbana y hasta la competitividad industrial y la construcción están sintiendo los efectos del cambio climático. Por eso, estamos desarrollando iniciativas para lograr un desarrollo sostenible, bajo en carbono, mejor adaptado a nuestras condiciones naturales y más resiliente”, expresó Puig.
Destacó proyectos como el que desarrolla el gobierno junto a la Unión Europea en 6 comunidades rurales del sur y el norte del país para aprovechar las energías renovables para bombear agua por tuberías, almacenarla en reservorios elevados y aprovecharla en el riego agrícola de miles de pequeños productores.
También mencionó los esfuerzos para el desarrollo de un mejor sistema de Alerta Temprana ante posibles emergencias y un proyecto para mejorar la resiliencia de los centros educativos, ambos con el apoyo de la Coalición para la Infraestructura Resiliente ante Desastres (CDRI), que lidera el gobierno de La India.
Biofincas es una iniciativa internacional impulsada por un consorcio de nueve organizaciones sin fines de lucro e instituciones de investigación, coordinadas por OroVerde, una organización alemana especializada en soluciones ambientales sostenibles. El proyecto busca promover modelos agrícolas biodiversos, resilientes y sostenibles en plantaciones de banano, cacao y café en República Dominicana, México y Guatemala.
BIOFINCAS combina desarrollo de capacidades, acceso a herramientas financieras innovadoras y soluciones de gestión de riesgos, posicionando al país como un referente en la transformación de la producción agrícola en República Dominicana.
El encuentro contó con la participación de diversos actores del sector agrícola y ambiental, consolidando alianzas clave para el futuro de la agricultura sostenible en el país, encabezados por el director ejecutivo del Centro Naturaleza (CEDAE) Héctor Mella.
La participación de Max Puig en este encuentro reafirma el compromiso del gobierno dominicano con la acción climática, el financiamiento verde y el desarrollo rural inclusivo