La crisis por el Covid-19 y los compromisos que han debido asumirse, han dejado poco margen o “rejuego”
En un período de dos meses, comprendido entre mediados de septiembre y mediados de noviembre, el Gobierno presidido por Luis Abinader había solicitado financiamientos por alrededor de RD$301,028 millones a distintos organismos internacionales, dando apertura a un trayecto de endeudamiento que se ha visto casi obligado a seguir, empujado por la crisis sanitaria del Covid-19.
Lo más reciente que se ha publicado sobre el tema se produjo el pasado lunes 21, cuando el Senado convirtió en ley la emisión y colocación en los mercados nacionales e internacionales de valores de la deuda pública para el 2021, por un monto de RD$291,528.5 millones, destinados a completar el financiamiento del presupuesto del Estado. Un mes y dos días después de que Abinader asumiera las riendas del Estado llegó la primera colocación de bonos soberanos, por US$3,800 millones. El ministro de Hacienda, Jochi Vicente, quien ofreció la información, aseguró que era una cifra nunca antes alcanzada en el país, afirmando que se trata de la transacción más grande registrada en Centroamérica y el Caribe.
Explicó que el monto agregado de las órdenes recibidas alcanzó un total de 9,600 millones de dólares, 2.5 veces el monto que se requería. Posteriormente, el 30 de septiembre, el Senado aprobó un contrato de préstamos por US$500 millones para ser utilizados en el financiamiento del Programa de Fortalecimiento de la Política Pública y Gestión Fiscal, para la atención de la crisis sanitaria y económica, causada por el covid-19, y para el programa de emergencia para la sostenibilidad macroeconómica y fiscal.
A mediados de noviembre se aprobaron en la Cámara de Diputados dos préstamos de US$250 millones cada uno, para un monto total de US$500 millones al gobierno central, que serán utilizados para la transformación de la movilidad, el transporte terrestre y la seguridad vial en el país. Los préstamos se firmaron con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).
Se informó que ese financiamiento se pagaría con 30 cuotas semestrales, consecutivas y exigibles, iniciando el 30 de marzo de 2025 y la última el 30 de septiembre de 2039, con un período de gracia de cuatro años y cuatro meses. La República Dominicana pagaría una comisión de compromiso anual a una tasa de 0.5 %, y una de evaluación de 0.5 % calculada sobre el monto nominal del crédito, que deberá ser pagada una sola vez previo al primer desembolso.
Hace un mes, los diputados aprobaron en única lectura un préstamo de 100 millones de dólares con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). El préstamo, que había sido suscrito el 28 de septiembre entre el país y el BIRF, por 100 millones de dólares, fue solicitado para el “programa de políticas de desarrollo en apoyo a la respuesta del República Dominicana a la crisis de Covid-19”.
El préstamo ya había sido conocido y aprobado por el Senado de la República, el pasado 11 de noviembre, por lo que el Poder Ejecutivo puede ya disponer de los citados fondos. En el Presupuesto General de la Nación correspondiente al año 2021 hay solicitudes de autorización de préstamos para el Estado por montos que en pesos y en moneda extranjera, sumados, alcanzan un total de US$9,984.3 millones. Una parte de ellos van dirigidos a cubrir déficit fiscal (diferencia entre ingresos y gastos), mientras que otra es para pagar vencimientos de deudas y hay solicitudes para proyectos de inversión específica que serían financiados por organismos multilaterales y de otras fuentes internacionales. Adicionalmente, figuran las peticiones de préstamos de ejecución inmediata que se pagarían en el mismo año 2021 y los que se establecen como contingencia.
Lo dicho por Paliza
El pasado martes el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, dijo que la política del endeudamiento no es del agrado de este gobierno, “pero en la situación actual se ha hecho inevitable”
“El endeudamiento es propio cuando el país lo necesita. Y hoy lo necesitamos. La tendencia de gobiernos anteriores era endeudarnos cuando el país no lo necesitaba. Cuando estábamos creciendo por encima del promedio de América Latina y el mundo, nos endeudaron hasta más no poder”, manifestó Paliza, respondiendo a preguntas formuladas por los periodistas que cubren el Palacio Nacional.
Lamentó que se tenga que recurrir a esas herramientas de financiamiento para hacer que el país marche y que áreas sensibles, como la salud, tengan los recursos que requieren para el año próximo. En términos generales, el Gobierno destinó el 15.18% de los gastos ejecutados durante los primeros tres trimestres del año en acciones vinculadas al combate y prevención de la pandemia del Covid-19, según cifras oficiales.
El 89% del “gasto Covid” ejecutado hasta el 30 de septiembre fue dirigido a los programas de asistencia social FASE 1 y 11, Quédate en casa y Pa’ ti. En forma individual; el 47.70 por ciento de los gastos del Gobierno en el tema del coronavirus fue ejecutado en el programa Quédate en casa.
Las erogaciones del Gobierno en los primeros nueve meses de 2020 en acciones vinculadas con la pandemia (Abinader asumió cuando el año iba avanzado, en agosto) representan el 2.1 del producto interno bruto (PIB), proporción que se asemeja al estimado original de déficit fiscal del año en curso, que el Covid-19 terminará cuadruplicando al finalizar el período. Según un informe de la Dirección de Presupuesto, en el período enero-septiembre 2020, el Gobierno Central ejecutó RD$624,129.6 millones, equivalente al 60.7% del gasto aprobado. Ese nivel de gasto representó el 95.1% del monto programado para el período, que fueron RD$656,146.7 millones. En comparación con igual período del 2019, el gasto de ahora aumentó de 13.6%.
Estimación de ingresos y lo que se tomará prestado
El Presupuesto General de la Nación diseñado para el 2021 es por un monto de RD$1 billón 37,842.3 millones. Dentro de ese monto se establece una estimación de ingresos por RD$746,313.8 millones y los gastos ascienden a RD$891,378.8 por lo que el déficit fiscal tendría un monto de RD$145,065.5 millones (US$2,450.9 millones a la tasa del dólar actual).
En forma adicional, el Gobierno debe tomar prestados otros RD$146,463 millones para cubrir vencimientos de capital e interés de deuda interna y externa (US$2,545.2 millones a la tasa de cambio vigente).
La cuestión de los bonos
De un mecanismo exploratorio asumido inicialmente con el fin específico de financiar gastos reproductivos, los bonos soberanos han evolucionado hasta convertirse en el principal sostén del presupuesto general del Estado dominicano.
En la última década la emisión de bonos ha sido una constante en cada proyecto de Presupuesto que ha sido presentado al Congreso Nacional, con la encomienda de financiar operaciones ordinarias y también para cubrir déficit fiscal anticipado o proyectado. El primer argumento de emisión “para financiar proyectos de infraestructura y sociales” dio lugar a posteriores alegatos, diversificando las motivaciones. Ya los bonos soberanos se han establecido tan firmemente en la estructura financiera del Estado que hasta han servido para redimir por anticipado deudas contraídas por otras vías. Por ejemplo, la deuda petrolera que acumulaba el país al 2015 fue saldada con recursos aportados por una emisión de bonos soberanos.
El uso de bonos soberanos como fuente de financiamiento presupuestario comenzó en el año 2001, con una emisión de US$500 millones, bautizada en el argot popular como los “bonos de Hipólito”. Esa emisión se colocó en el mercado de capitales de Nueva York, pocos días del atentado a las Torres Gemelas. La fecha original de colocación era el 11 de septiembre, pero el atentado impidió realizar la operación ese día.