Con la reciente designación como ministro de Educación, Luis Miguel De Camps, deja atrás las intensas sesiones con la élite empresarial y grupos sindicales, para sentarse en una silla caliente frente a uno de los ministerios con más desafíos estructurales, frentes abiertos y con todo un pueblo como fiscalizador.
El nombramiento llega en momentos en que se avanza en la fusión del Ministerio de Educación con el de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt), cuyo anteproyecto está prácticamente listo para ser sometido ante el Congreso Nacional para su aprobación.
El ministro saliente de Trabajo ahora debe liderar este proceso de reestructuración que obliga a la creación de una nueva ley de educación y de un único órgano estatal para regular la educación preuniversitaria y la superior.
En lo inmediato, el nuevo incumbente, que ocupará funciones este 26 de febrero, tiene por delante la culminación del Año Escolar 2024-2025, que está a mitad de período, y la implementación de la demandada Evaluación de Desempeño Docente.
Una vez en su despacho, una de las acciones de pronto alcance más relevantes como ministro de Educación será convocar a más de 120 mil docentes del sector educativo preuniversitario para que sean evaluados, esto en cumplimiento del compromiso asumido por el Ministerio de Educación.
Según informó recientemente la institución, un equipo de expertos prepara los recursos tecnológicos y el personal técnico operativo necesario para dar inicio a las evaluaciones en el mes de abril.
En esta nueva posición, De Camps también deberá ejercitar su capacidad para negociar, conciliar y mantener una buena defensa ante los ataques de un sindicato que sabe sacar los guantes cuando se trata de defender los intereses de los maestros.
Una relación agria con la ADP
En esta actual coyuntura, De Camps encuentra a una Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y un Ministerio de Educación sumidos en desacuerdos, pese a que a mediados del pasado año, se logró cuajar un aumento salarial de un 10 % para los maestros.
La fricción más reciente entre ambas entidades fue la de establecer un mínimo en la puntuación de la evaluación docente para merecer incentivos.
Hace unos días, contra la voluntad de la ADP, el Ministerio de Educación reiteró su determinación de aplicar los incentivos económicos correspondientes a todos los docentes con valoración de 70 en adelante, en una escala que aumentará según “el acercamiento del docente al nivel de excelencia que demanda y merece la sociedad dominicana”.
Temas pendientes con el gremio
El último encuentro fue el pasado 20 de enero con el objetivo de discutir los puntos pendientes del acuerdo firmado en 2022, pero la ausencia del ministro Ángel Hernández disgustó a los directivos de la ADP y profundizó aun más las diferencias.
Entre los puntos pendientes con el gremio figuran la contratación de auxiliares para el nivel Inicial, seguro de sobrevivencia del Inabima, reajuste para pensionados y jubilados con salarios inferiores a RD$50,000 mensuales y la indexación de pensiones acumuladas durante tres años.
Asimismo, exigen la reducción del 4% al 1% en el seguro de sobrevivencia para los aplicantes, la implementación de la Orden Departamental 43-2019 sobre licencias y la solución de las carencias en los centros educativos en todo el territorio nacional.
Gestionar con eficiencia el 4% para la educación
Sin ningún vínculo fuerte que lo ate al sistema educativo, De Camps, quien es abogado de profesión y experto en resolución de conflictos, pondrá a prueba su capacidad para administrar con eficiencia los fondos de la institución pública con el mayor presupuesto, que para este 2025 recibió la asignación de 309,832 millones 150,000 pesos.
El nuevo ministro tendrá que lidiar con diversas situaciones, pero su prueba de fuego será hacer frente a la percepción generalizada de la baja calidad de la educación, que se evidencia en los pobres resultados de los aprendizajes. Un estudio reciente, presentado por el Banco Popular y Educa, revela que 64% de los dominicanos tiene la percepción de que la calidad de la educación del país es mala.
El año pasado se llevó a cabo el proyecto Centros Educativos de Innovación en 154 centros escolares de todo el país, el cual estuvo centrado en la mejora de los aprendizajes de los estudiantes en lectura y matemáticas.
Entre los resultados, resalta que en Lengua Española, el 62.57% de alumnos estaba por debajo de lo mínimo exigible en el nivel elemental; en aceptable se encontraba 27.13% y en satisfactorio 10.30%.En tanto, en Matemáticas, el 69.45% figura por debajo de lo mínimo exigible; en aceptable 27.74% y en satisfactorio solo el 2.10%.