La Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) advirtió ayer que el transfuguismo político debilita el sistema de partidos del país, razón por la que recomendó que se establezcan los límites lógicos que desestimulen esa práctica.

El vicepresidente ejecutivo de la Finjus, Servio Tulio Castaños Guzmán, indicó que dicho fenómeno daña la democracia y atenta contra el pluralismo político, porque, según consideró, la idea del debate democrático, de la conquista de las simpatías y del predominio de las mejores posiciones, se derrumba con cada tránsfuga.

Al expresar preocupación por los efectos que podrían derivarse del transfuguismo político en el sistema electoral dominicano, Castaños Guzmán considera que se deben fortalecer los mecanismos que propician los derechos a elegir y a ser elegidos consagrados en la Constitución y las leyes, lo mismo que para elevar la calidad de la representación política que se encarna en el Poder Legislativo y el sistema municipal.

“Se cierne sobre la democracia dominicana el peligro del transfuguismo político”, manifestó el representante de la entidad cívica a través de un comunicado remitido a este medio, en el que define dicha acción como el acto mediante el cual un miembro de una agrupación política se desliga de ella y emigra a otra.

Dijo que desde un enfoque meramente individual, el fenómeno del transfuguismo parecería ser un derecho fundamental garantizado en la Ley Sustantiva, “cónsono con la expresión de la libérrima voluntad de asociación y pertenencia política sin más limitaciones que las impuestas por las leyes”, pero que sin embargo, cree que el transfuguismo desenfrenado podría convertirse en un pesado lastre para la democracia dominicana.

Esto porque pone en cuestionamiento y desvirtúa valores y principios cardinales que son inherentes a la formación de los partidos y a los cuales deben ajustarse en su pretensión de ser representantes de la voluntad de sus afiliados.

De acuerdo con el vicepresidente ejecutivo del organismo no partidista, cuando un representante político decide de manera “abrupta” y casi siempre “intempestiva” abandonar las filas de su militancia, deja a un lado los deberes de fidelidad, tolerancia y continuidad que lo unen con sus seguidores. “Los representantes elegidos de cada afiliación política encarnan los intereses de sus electores y por ende su voluntad (…). El transfuguismo refleja una idea sesgada de vida democrática, porque no demuestran consistencia con lo que promueven”, sostuvo.

Exhortación

La Fundación Institucionalidad y Justicia llamó a la sociedad a mantener su atención al transfuguismo y a elevar la voz para que los órganos competentes adopten las regulaciones que sean adecuadas para que la conducta ética y política de los partidos políticos, y que sus integrantes sean coherente con los valores democráticos que la sociedad dominicana ha pregonado en las últimas décadas.

“La solución no reside en vulnerar el derecho a la participación política, sino que, dentro de marcos razonables y proporcionales, se establezcan los límites lógicos que desestimulen el transfuguismo, a fin de salvaguardar los principios constitucionales y democráticos vitales que hoy están en riesgo, como el pluralismo político, la tolerancia, la transparencia y la certeza”, exhortó Servio Tulio Castaños Guzmán.

Libertad política y la de abandonar las filas

La Finjus considera que existe una franca diferenciación entre la libertad política de una persona para afiliarse a un determinado partido y por el otro lado su libertad de abandonar las filas de la agrupación que lo elevó a una determinada posición. Cree que aunque el hecho se asocia a la traición, debe ser visto como una manifestación de la disidencia política, con el inconveniente de que origina un desbalance a nivel democrático y constitucional.

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