El pasado 26 de febrero, a las 10:30 de la noche un trágico accidente en la avenida Winston Churchill, en el Distrito Nacional, resultó en la muerte de Aida Nicole Reyes Gómez, de 21 años, quien fue víctima de un choque provocado por Raquel Guzmán Torres, quien supuestamente conducía en estado de ebriedad.
De acuerdo con las declaraciones de la familia de la víctima, la prueba de alcohol realizada por la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) reveló que Guzmán tenía 9 grados de alcohol en sangre en el momento del siniestro.
El padre de la víctima, Vicente Reyes, relató que el cuerpo de su hija fue levantado a la 1:30 de la madrugada, tres horas después del accidente. Guzmán, quien ya había sido trasladada a la Casa del Conductor, junto con el chofer de la familia Reyes, fue sometida a otra prueba que reveló una disminución en su nivel de alcohol en su cuerpo, que registraba 7 grados debido al tiempo transcurrido y a la hidratación.
El jueves 27 de febrero, los padres acudieron a la fiscalizadora en busca de respuestas, pero encontraron acciones que minaron sus esperanzas de justicia. Las pruebas de alcohol no fueron incluidas inicialmente en el expediente y la solicitud de medidas de coerción para Guzmán fue respondida con una garantía económica. Tras la intervención de los medios, las pruebas fueron finalmente incluidas, pero la familia sigue desconfiando del proceso judicial.
Los Reyes expresaron su preocupación por posibles influencias en el caso, porque Guzmán es esposa de un exregidor y exdiputado, además de haber sido parte de la Defensoría del Pueblo. Estas conexiones han generado sospechas de que el proceso judicial podría estar siendo manipulado por la conductora en favor de la imputada. La familia de Aida Nicole expresó que continuará luchando por justicia.