Las Fuerzas Armadas de la República Dominicana están compuestas por los organismos militares aéreos marítimos y terrestres que tienen como misión común defender la soberanía e integridad nacional, así como mantener la paz y el orden público.
Precisamente, estos preceptos de servicio a la seguridad del territorio dominicano están entre las principales motivaciones por las que las personas toman la decisión de ingresar a las filas de los cuerpos castrenses dominicanos, constituidos por el Ejército (protege y defiende las fronteras terrestres), la Armada (vela y defiende los espacios marítimos, fluviales y lacustres) y la Fuerza Aérea (resguarda el espacio aéreo).
Y es que “engancharse”, como popularmente se le conoce a iniciar en la carrera militar, es una tradición histórica relacionada fundamentalmente a los diferentes sucesos de invasiones e intervenciones de potencias extranjeras que desde tiempos remotos han despertado el espíritu de consecución y preservación de la Independencia Nacional.
“La motivación desde tiempos inmemoriales más que patrimonialista o de salario era una labor patriótica. Teníamos que defendernos solos y así lo hicimos”, resalta el general retirado José Miguel Soto Jiménez al ser entrevistado por elCaribe.
El también ex ministro de Defensa señala, además, que debido a estos orígenes históricos que sirvieron como base de reclutamiento militar, el 70% de las personas que se enrolan en la milicia proviene del campo o zonas rurales.
“La población rural está muy ligada al origen mismo de las Fuerzas Armadas y hasta el origen de la Nación (…) En la época de la Colonia Tardía los generales eran los dueños de la finca, que costeaban el aparato militar, los capataces eran sus oficiales y la tropa los peones, entonces las haciendas estaban en el campo y eso se fue desarrollando”, detalla.
Vocación y autoridad
Soto Jiménez señala que sumado al interés patriótico, otro factor que incentiva a los ciudadanos a ser guardias es el elemento vocacional.
“El país a pesar de todo tiene una vocación militar, no el militarismo típico de Suramérica sino el militarismo que ha adquirido por estar involucrado en todo el pasado histórico dominicano” manifiesta.
Explica que, ante esta preferencia, desde hace años es común encontrar entre las familias dominicanas algún miembro que sea militar, soldado o esté ligado a este aspecto, especialmente en las que residen en el campo.
“En mi caso está la vocación. Yo viniendo de una familia acomodada fui militar porque tenía la vocación. Tuve dificultades familiares para ingresar a las Fuerzas Armadas porque mi familia me soñaba en otro ámbito como el derecho, pero yo opté por seguir mi vocación”, narra Soto Jiménez.
Por otra parte, agrega que el hecho de ser militar representa una forma de relacionarse con el poder y ser un ente de autoridad, lo que también, por varias épocas, ha llamado la atención de los que incursionan en las filas de la Guardia Nacional.
En este sentido, plantea que esta forma de vincularse a la autoridad no debe ser influenciada por el abuso o el desequilibrio de dicho privilegio, recordando que el rol de los militares es servir de instrumento a la gobernabilidad en base a la Ley.
“Desde que era un oficial subalterno he creído que el respeto a los militares debe estar basado en el trabajo que hacen para defender la colectividad, no en base a esos privilegios irritantes que cada vez más han ido pasando de moda, no solo en la Fuerza Armada, que se castiga reglamentariamente, sino que estos ya no caben el sociedad moderna ni el tejido social dominicano”, resalta Soto Jiménez.
Factor socioeconómico
Otra razón histórica a la que se atribuye que la determinación de iniciar la carrera militar es la categoría socioeconómica, en virtud de que también significa una forma de empleo o de “ganarse la vida”.
“Era un tránsito rápido de la clase baja a la clase media baja, porque tenía un sueldo, la comida asegurada, su uniforme. Además, el uniforme mismo era una garantía del respeto social”, puntualiza el general retirado.
Indica que esta causa es una de las explicaciones por las que más del porcentaje de personas de zonas rurales (70%) que se alistan en las Fuerzas Armadas, el 80% provienen de la región Sur, que constituye una de las partes del país más deprimidas económicamente.
“El sueldo para un soldado del Sur no se puede comparar con el de un soldado del Norte del país donde un labriego gana quizás mucho más” dice Soto Jiménez.
Un militar dominicano devenga sueldos dependiendo de su rango, el cargo o especialismo económico y el riesgo de la labor que desempeñe.
En la actualidad el sueldo por rango de los guardias oscila entre los 14 mil y 55 mil pesos en el caso de los generales, coroneles u otros rangos menores. A partir de teniente general, tienen un sueldo asignado de 113 mil pesos, según se reporta en la a nómina del G-1 del Ejército de la República Dominicana.
A estos se suman los del cargo o especialismo económico o por riesgo de cumplir con funciones adicionales.
Requisitos para ser militar en República Dominicana
Para ser militar en la República Dominicana se necesitan cumplir con ciertos requisitos. Algunos de estos son:
- Ser dominicano por nacimiento u origen.
- Mayor de 16 años y menor de 21 en la fecha de ingreso.
- No haber sido condenado a pena aflictiva o infamante u otra que implique deshonra.
- Gozar de salud física y mental, comprobada por un previo reconocimiento médico.
- Haber completado los estudios primarios, intermedios, secundarios o universitarios, según el caso.
En caso de querer ingresar a la Academia Militar, los requisitos indispensables son:
- Ser dominicano (por nacimiento u origen).
- Mayor de 16 y Menor de 21 en la Fecha de Ingreso.
- Ser Soltero.
- Haber observado una buena conducta y moralidad; no haber cumplido condena judicial; no haber sido separado de ningún otro plantel por causas deshonrosas.