La desinformación reina entre los residentes de Domingo Savio, que serán reubicados como parte del proyecto que busca mejorar la calidad de vida de 45 mil habitantes con el acceso a los servicios públicos.
Este miércoles el Gobierno anunció que 1,400 viviendas en Domingo Savio, compuesto por los barrios La Ciénaga y Los Guandules, serán destruidas para iniciar la intervención. Sin embargo, los ciudadanos no saben qué sucederá con ellos ni cuál es el proceso que seguirán.
“Nosotros nos enteramos por las noticias que será en febrero. Yo estoy censada, pero no sé qué pasará con mi casa”, comentó a elCaribe Cristina Méndez, residente de La Ciénaga desde hace 15 años y madre de siete hijos.
En este barrio se rumora que a algunos les darán casa y a otros dinero. Pero a ciencia cierta, no saben. Muchos están a la expectativa de lo que pasará en febrero mientras otros no tienen esperanza de que esta vez las promesas de vivir en un sitio seguro se cumplan.
“Hemos ido a las reuniones, sin mucha esperanza. Pero no nos han dicho a dónde nos moverán. Aquí muchas veces hemos escuchado que van a desalojar gente, pero eso nunca se da”, precisó la señora Carmen Adón, que vive allí desde el 1979.
“Yo no creo eso. Yo he estado en varios censos, pero ellos se han vuelto na’. Voy a las reuniones, pero uno lo que quiere es saber para dónde nos van a llevar, ese es el problema. Dicen que nos van a sacar, en el barrio se ha mentado Ciudad Juan Bosch, La Nueva Barquita, pero no se sabe”, expresa la señora a elCaribe.
Doña Carmen ha visto pasar muchos ciclones y tormentas desde su casa. En ocasiones, relata, ha tenido que abandonar su vivienda por más de un mes cuando se ha inundado, pero el agua vuelve. “He pasado de todo rodando”, narra.
Adón no confía en que su suerte mejore. “Por un lado, yo irme sería un placer, pero por otro lado si es para tirar a uno a un barrancón no ta’ bueno. Mi esposo es pescador y tenemos una embarcación, nosotros vivimos del barrio”.
Doña Carmen no es la única desconfiada en La Ciénaga.
“A cada rato vienen con la misma corneta”, dice Santo Jiménez, quien tiene 33 años en La Ciénaga. “Pero ahora yo creo que es de verdad” dice, porque al final está deseoso de que ese día llegue.
En Los Guandules el panorama no es distinto. Se alimentan de rumores e informaciones que salen en la prensa.
“Me dijeron que me darán dinero para irme. Ya hice planes. Con lo que me den, me voy para el campo a vivir tranquilo, sin miedo al río”, dijo Juan Antonio Valencia, propietario de una casa próxima al río Ozama.
“El dinero se gasta. Yo lo que quiero es que nos den un ranchito, para uno poder tener su casa. Me gustaría ver para creer”, manifiesta Freddy Alberto Félix Medina.
Inquilinos no saben quién se beneficiará
El tema de los inquilinos es otro que no ha sido ventilado con claridad. “En una reunión que se hizo el año pasado, cuando empezó el censo, se dijo que a los inquilinos se les dará vivienda y a los propietarios dinero. Luego hubo rumores de que a los inquilinos se les iba a dar dinero para que se fueran a otro lado. No es algo concreto aún, uno está aquí atento a rumores”, sostiene Michelle Jiménez quien tiene seis años viviendo alquilado en la misma pieza, pero nacido y criado en el barrio. “Uno se siente alegre, yo me conformo hasta con el dinero, pero uno no va a causar conflicto con los propietarios”.