La alta tasa de embarazo adolescente del país está ligada a una pérdida de desarrollo económico importante y abre una brecha que limita las posibilidades de las mujeres de tener una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y tener un nivel de ingreso digno.
Así lo manifestó el economista sénior del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Sócrates Barinas, quien manifestó que en los últimos 30 años la cifra no ha descendido por falta de políticas públicas que permitan a las jóvenes acceder a tecnología, educación sexual y capacitación técnico laboral que contribuyan a retrasar el primer embarazo.
Aunque se estima que entre el año 2030 y el 2050 la tasa de fecundidad general continúe descendiendo en el país y se incremente el número de envejecientes, no ocurre lo mismo con el comportamiento del embarazo de adolescentes entre 15 y 19 años.
Según el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2017, obtenido de un análisis cuantitativo de 661 hogares y 3,017 personas, en poblaciones como Estebanía en la provincia de Azua, el 40% de las jóvenes han tenido su primer embarazo entre 13 y 19 años, duplicando el promedio nacional que es de un 20%.
No es casual que la mayor cantidad de embarazos a temprana edad se produzcan en la región Sur y en las cuatro provincias fronterizas que exhiben un índice de desarrollo humano bajo.
Un fenómeno multicausal
Barinas explica que en los grupos focales se vio una confluencia de factores que explican este fenómeno como son la normalización del embarazo en el entorno comunitario, pobreza extrema, escasas oportunidades de acceso a capacitación por falta de escuelas laborales y la interpretación del éxito como el consumo y tenencia de bienes.
También es más proclive a embarazarse aquella adolescente cuya madre ha tenido su primer hijo a corta edad. “Cuando hacemos los grupos focales con las jóvenes y los jóvenes, nos dicen: es que lo que yo aprendí en mi casa es que es bueno tener los hijos temprano”, afirma Barinas, quien detalla que las niñas ignoran que corren más riesgos biológicos de tener un bebé con bajo peso y más probabilidades de morir.
El Informe elaborado por el organismo internacional revela que el 60% de las adolescentes que se han convertido en madres no desarrolla ninguna actividad económica y la discriminación a que son sometidas aquellas que deciden continuar sus estudios, con lo cual aumentan la situación de pobreza y vulnerabilidad.
Estudiantes de escuelas más proclives a embarazo
Las mujeres matriculadas en escuelas públicas tienen una probabilidad siete veces mayor de quedar embarazadas en comparación con las matriculadas en otros centros. El fenómeno del embarazo supone un desaprovechamiento del llamado “bono demográfico”, que se da cuando el volumen de la población en edad de trabajar, supera a la cantidad de niños y ancianos, lo que significa una menor carga que ayuda a impulsar el crecimiento.