El río Ozama es afectado por las lilas que cada día arropan el afluente de lado a lado, afectando el comercio de la pesca y el desarrollo de las especies acuáticas.
Durante un recorrido elCaribe constató como las aguas están afectadas por la multiplicación de las lilas, en algunas zonas el río disminuye su tamaño por la gran cantidad que permanece. El río nace en la Loma Siete Cabezas, en la Sierra de Yamasá, República Dominicana y desemboca en la Mar Caribe, justo en el Malecón de Santo Domingo. Asimismo, desde Yamasá arrastras cientos de desechos sólidos, principalmente plásticos que llegan hasta las costas.
En reiteradas ocasiones las autoridades se han referido al tema, e incluso han hablado de adquirir una malla especial para evitar que estos residuos y lilas lleguen hasta las costas.
Por otra parte, hacen esfuerzos mayúsculos para educar la gente que reside en la orilla de este afluente para que no arrojen basura a las cañada o directamente al río, sin embargo, la acción es repetitiva mientras el arroyo es contaminado cada día más.
Barcos recolectores
El pasado julio de 2018 la Fundación Tropigás, encabezada por su presidente José Carlos Martí, lanzó un gran proyecto “Barcos Recolectores Ribera Verde”, enfocado en disminuir la cantidad de desechos sólidos y lilas que contaminan los ríos Ozama e Isabela que posteriormente son arrastrados hasta el litoral sur del Gran Santo Domingo, quien exhortó al gobierno a brindar apoyo a esta iniciativa pero hasta el momento otros no se han unido a la causa.
El proyecto de la Fundación y su programa Ribera Verde complementa el retiro de los residuos sólidos flotantes y plantas acuáticas con la instalación de dos barcos con sistemas hidrobiológico en las desembocaduras de las cañadas que arrastran la basura hasta los causes de ambos afluentes.
“Queremos retirar la basura y las lilas del río Ozama e Isabela con estos dos botes recolectores. Se necesitan 20 equipos más para limpiar en su totalidad el río. Tenemos que ayudar a todos los barrios que quedan en la ribera del río”, precisó en ese entonces José Carlos Martí.
Residentes del Malecón de Santo Domingo y la Zona Colonial, dijeron que este tipo de contaminación afecta el desarrollo del turismo, afectando directamente la imagen de la marca país como destino exclusivo.