La presencia masiva de la tecnología en la vida cotidiana no escapa al ámbito educativo, al punto que algunos profesores rechazan el uso del celular en las aulas por considerarlo un enemigo que compite por la atención de sus estudiantes.
Sin embargo, según datos del año 2013, aproximadamente el 70% de los estudiantes dominicanos de sexto grado tiene acceso al teléfono celular con internet, lo que lleva al jefe de la división de políticas sectoriales, Desarrollo Docente, Tecnología y Educación de la Unesco, Francesc Pedró, a ver, en éste y otros dispositivos móviles, una oportunidad para que el maestro desarrolle actividades educativas que ayuden a sus alumnos a desarrollar determinadas capacidades para vivir en un mundo donde la tecnología está presente en todas las esferas de sus vidas, comenzando por la socialización.
Después de dictar la conferencia “La tecnología y la transformación de la educación: tendencias internacionales”, en el marco del Foro Iberoamericano TIC, Innovación y Calidad Educativa, organizado por el Ministerio de Educación y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la cultura (OEI), Pedró consideró inconcebible que aún existan docentes que ignoren la existencia de Instagram, el medio de comunicación por excelencia de los alumnos entre 11 y 12 años.
En ese sentido, considera que el profesor debe enseñar a sus estudiantes cómo socializar en un contexto donde sus datos personales están expuestos, a proteger su privacidad y a combatir el ‘bullying’ y el cyberacoso.
Sin embargo, para el experto catalán uno de los aspectos fundamentales es que el docente sea consciente de que puede usar la tecnología para que sus estudiantes aprendan más y mejor sobre asignaturas básicas como matemáticas, lenguaje y ciencias.
Propone aprendizaje por proyectos
“En primer lugar, usar la tecnología para atraer la atención de los alumnos y mantenerlos de, alguna u otra forma, enganchados con lo que estamos haciendo, pero en segundo lugar porque en muchas cosas, no en todas, el uso de la tecnología permite que los procesos de enseñanza-aprendizaje sean mucho más eficientes y con mejores resultados”, plantea, sin dejar de reconocer que los espacios para la socialización cara a cara o para la lectura nunca deben perderse.
De manera concreta, plantea que con la reestructuración curricular y la tendencia al aprendizaje centrado en proyectos se puede incorporar perfectamente el teléfono en la enseñanza.
“Por ejemplo, un proyecto podría ser cómo podemos mejorar la calidad del agua del río que pasa por donde vivimos. Podemos salir con los teléfonos celulares a recoger fotografías de ese río, luego crear una página web y buscar especialistas que cuenten el origen de la contaminación y cómo combatirla. A través de eso, probablemente, no sólo están aprendiendo el contenido que está en los libros, sino que están desarrollando una serie de competencias que permitirán el día de mañana atacar de una forma racional, científica, cualquier problema”.
El también catedrático de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, dijo que en el caso de países de ingresos medios bajos, como la República Dominicana, siempre se cuestiona si es realmente necesaria la inversión en tecnología cuando persisten problemas acuciantes, como la falta de energía eléctrica en algunas escuelas o profesores sin el entrenamiento necesario para aplicarla. Su respuesta es sí.
Pobres también deben tener acceso a tecnología
Pedró explica que precisamente países como la República Dominicana deben tener acceso a las nuevas tecnologías para reducir las brechas y como un mecanismo de compensación que contribuya a que ninguna persona se quede atrás. “No puede ser que porque la gente es pobre o está faltante de recursos, no tenga acceso”. Lo mismo aplica para los buenos docentes, los que según dice, deben recibir mejores incentivos económicos para trabajar en las comunidades más pobres y con los alumnos más difíciles.
República Digital por sí sola no mejorará los resultados
Para Pedró, República Digital, por sí sola, no mejorará los resultados de aprendizaje, sino que el secreto radica en elevar las capacidades de los docentes para conseguir que hagan un buen uso de la tecnología y contribuyan a mejorar los resultados de los estudiantes. Dijo que una de las propuestas de la UNESCO consiste en que el entrenamiento de los profesores no se haga fuera de las aulas, sino dentro del mismo entorno escolar, para observar cómo se manejan y hacerles las observaciones y correcciones necesarias.