La directora del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, Luisa de Peña, aseguró que si el país sigue transitado el camino que ha tomado hasta ahora, en un período no mayor de diez años una figura política con el discurso de intolerancia se convertirá en una opción real de poder.
Sostuvo que a pesar de las frustraciones entiende que el pueblo dominicano conserva la fe en la democracia y que no entregará tan fácilmente el sistema de libertades por el que ha luchado, pero al mismo tiempo advirtió que si no se aplican correctivos el discurso de la intolerancia seguirá ganando terreno.
“Para las próximas elecciones no, pero le doy un periodo de diez años para uno ver fortalecida esa opción sino hay una transformación”, subrayó. Dijo que no ve posibilidad del surgimiento de un candidato intolerante porque aunque marcan en algunas encuestas “no marcan lo suficiente como para hacer una opción inmediata de poder”.
Sostuvo que en el país hay señales serias de intolerancia que son contrarias a los principios democráticos. “No creo que el sistema político dominicano esté desgastado a un punto irrecuperable, sino que es parte de la crisis que estamos viviendo como sociedad y lo que está pasando en el mundo donde el discurso de intolerancia está tomando fuerza”, observó. De Peña dijo que es necesario evitar la promoción de pensamientos fundamentalistas y extremistas.
“Son procesos que toman tiempo y en caso de que haya división de un partido quedan opciones, porque no son procesos que son inmediatos que se dan de un día para otro porque el pensamiento que promueven como mano duro necesita tiempo para que la gente se identifique con eso, prefiero pensar que no estamos en eso todavía porque la opción que hay me aterra”, apuntó.
También valoró que todavía en el país los partidos tradicionales son fuertes.
Modificaciones son para posiciones políticas
Luisa de Peña dijo que en RD las modificaciones constitucionales son para imponer posiciones políticas, y dijo que la Constitución no debería ser tan vulnerable a los cambios. “Eso se ha hecho una costumbre y no es una costumbre de ahora y eso dice mucho de nuestra madurez como sociedad, y eso no va a favor de nosotros como sociedad y como pueblo”, expresó.