El Sistema Dominicano de Seguridad Social necesita urgentes cambios y transformaciones que coloquen la salud como un derecho fundamental y público, y no como una oportunidad de hacer negocios de lucro desmedido por parte de unos pocos.
A esta conclusión arribaron especialistas en el tema durante un análisis de coyuntura celebrado el pasado fin de semana en el Centro Bonó, bajo el título “Las reformas del sector Salud y la Seguridad Social, acceso a medicamentos y desafíos para la participación social y la veeduría ciudadana”, en donde exigieron que las reformas en la ley 87-01 beneficien a la población.
Tanto el doctor Alberto Fiallo, asesor de salud del Poder Ejecutivo, como Nicómedes Castro, presidente del Instituto Nacional de la Salud (Insalud), coincidieron en que “la presencia de fuertes intereses corporativos de naturaleza privada junto a la debilidad regulatoria del Estado en el mercado de la salud y la ausencia de un movimiento ciudadano articulado que defienda los derechos de la población han llevado a un estado de inflexión que demanda cambios y transformaciones”.
Afirmaron que todavía el 30% de la población carece de cobertura de protección social en salud, generando pobreza y ensanchando las inequidades sociales, siendo los trabajadores informales los más afectados.
Asimismo, aseguraron que en el futuro, el 52% de los actuales cotizantes, cuando lleguen a la edad de 60 años no alcanzarán las 360 cotizaciones que el sistema requiere para otorgarles una pensión.
En ese sentido dijeron que urge asegurar que la normativa esté acorde con las garantías prescritas en la Constitución Dominicana con relación al derecho a la salud y a la seguridad social que corresponde a todos y cada uno de los dominicanos y dominicanas.
Piden reformar ley 87-01 en favor de la población
“Para conseguir este objetivo es necesaria una reforma de la ley 87-01 que permita crear mejores condiciones para ampliar la cobertura de afiliación, sobre todo a la población más vulnerable, y al mismo tiempo corregir las fallas institucionales que arrastra un modelo de la década de los noventa que se ha quedado obsoleto y a todas luces es insuficiente”.