El gran reto fue educar con las aulas vacías; cancelaciones y cuadernillo controversial causaron indignación y cuestionamientos
La pandemia COVID-19 marcará un antes y después en el sistema educativo de la República Dominicana. El 2020 se escribirá en los libros de historia como el año donde los dispositivos electrónicos sustituyeron a las pizarras y el hogar a las aulas.
Pero no se trató de un proceso planificado, sino de una respuesta forzada para salvar el año escolar y garantizar el derecho a la Educación.
Al iniciar el año lectivo 2019-2020 nadie imaginó que la culminación del calendario escolar se vería trastornada, menos que los planteles educativos se convertirían en una amenaza para la salud de estudiantes, docentes y demás actores del sistema.
Para jueves 12 de marzo del año en curso, último día de clase presencial, sumaban 11 los casos confirmados de COVID-19 en la República Dominicana, pero el país se preparaba para celebrar las elecciones municipales extraordinarias del domingo 15 de ese mes, un evento donde las aulas se convierten en centros de votación.
Las escuelas y colegios se pusieron a disposición de la Junta Central Electoral desde el viernes hasta el domingo con la intención de reanudar la docencia a partir del lunes, pero no fue posible, ya que la incertidumbre aumentaba conforme subían los casos.
El 17 de marzo se anunció la suspensión de la docencia en todos los centros escolares y universitarios, como parte de las medidas preventivas para evitar la propagación y contagio del coronavirus. Hasta ese entonces se había impartido el 70 por ciento del contenido curricular. El reto era encontrar la forma más idónea de concluir el año lectivo y determinar la modalidad de enseñanza para hacer frente al calendario educativo 2020-2021.
La educación virtual fue la salida. De esta manera las videollamadas, grupos de WhatsApp, correo electrónico, sesiones en Google Classroom y reuniones por Zoom, como plataformas, jugaron un papel estelar en el proceso enseñanza-aprendizaje.
El inicio fue difícil y las quejas empezaban a llegar a los medios de comunicación: no todos los estudiantes y profesores contaban con dispositivos electrónicos y la conexión a internet para garantizar el proceso formativo, sumada a la ansiedad de los padres, propio del confinamiento.
En ese contexto de crisis sanitaria, el Consejo Nacional de Educación (CNE) tomó decisiones importantes, entre ellas la suspensión de las Pruebas Nacionales 2019-2020 en todas sus convocatorias, tanto para los niveles medio y secundario en todas sus modalidades.
A pesar de los inconvenientes se pudo concluir el año escolar 2019-2020. El nuevo reto fue lograr el consenso en la elección de la modalidad para impartir docencia para el año lectivo 2020-2021, que inició el pasado 2 de noviembre.
Las autoridades del saliente gobierno plantearon en su momento iniciar este nuevo año de manera semipresencial con secciones divididas en dos grupos para garantizar el distanciamiento social. Así lo informó el para ese entonces titular de Educación, Antonio Peña Mirabal, el 13 julio, en un acto donde estuvo presente el actual ministro, Roberto Fulcar, cuya participación fue muy limitada.
“Lo único que le puedo decir es que después del 16 de agosto la educación cambia”, dijo Fulcar. Y así fue. La nueva administración tuvo que adaptar el currículo escolar a la modalidad educación a distancia y así garantizar el pan de la enseñanza a una matrícula de 2.8 millones de estudiantes.
Las condiciones actuales obligaron a impartir docencia a través de una gran plataforma de internet, televisión y radio, de esta forma se implementó el plan “Educación Para todos Preservando la Salud”.
“Somos conscientes de que algunas dificultades vamos a tener que enfrentar en un país que arrastra tantas brechas sociales por décadas, pero, estamos listos para enfrentar cada dificultad que se nos presente y junto a la familia dominicana avanzar en este nuevo reto de este plan país”, sostuvo el ministro de Educación al evaluar la primera semana de clases.
De hecho, durante su participación en la reunión virtual extraordinaria del Consejo de Ministros de la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana del Sistema de Integración Centroamericana CECC/SICA, Fulcar sostuvo que el coronavirus representa una amenaza para la educación ya que, según dijo, arrastra la posibilidad de ampliar las brechas de los espacios de exclusión social, las posibles afecciones psicoemocionales de estudiantes y profesores, el incremento de la deserción y el abandono escolar.
Como parte de las medidas tomadas en el marco del novedoso modelo educativo, el Gobierno dominicano dispuso de 50 mil millones de pesos para la implementación de todas las políticas sociales que se pusieron en marcha en lo referente a tecnología, conectividad, capacitación docente, contratación de medios, acondicionamiento de planta física y alimentación escolar.
Pero la educación a distancia no ha sido del todo acogida por grupos de padres y entidades vinculadas al sector, de modo que se realizaron protestas en reclamo del regreso a las aulas de manera gradual. Esta fue la posición del Colectivo de Padres por la Educación Presencial en República Dominicana.
Al respecto, la Acción Empresarial por la Educación (EDUCA) sostiene que se implemente un modelo híbrido de educación que permita la semipresencialidad de los estudiantes en aquellos lugares donde la pandemia esté controlada.
El rol de los maestros
En la implementación de este modelo de enseñanza virtual y a distancia, los maestros enfrentaron un gran desafío: incorporar las nuevas tecnologías en el proceso educativo; y para ello el Ministerio de Educación impartió una serie de cursos de adiestramiento y capacitación en el manejo de estas herramientas. Se formaron alrededor de 80,000 docentes.
Cancelación de directores
En la recta final del 2020 también trascendió el conflicto generado tras la destitución por parte del Ministerio de Educación de 18 directores regionales y distritales designados mediante el concurso de oposición en el 2018.
Esta decisión recibió el rechazo de entidades y colectivos. Para la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) seccional Santiago se trató de una violación sistemática a la Ley 66-97 de Educación.
“Estando vigente la Ordenanza 24-2017, lo primero que debió hacer el Consejo Nacional de Educación era derogar con otra ordenanza la anterior y facultar al ministro para que mediante orden departamental designara de manera interina a los directores regionales y distritales hasta tanto se convocara un concurso”, expuso. La acción también fue cuestionada por la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS).
Contenido “discriminatorio”
Como controversial fue la introducción de artículos en el cuadernillo de sexto grado de secundaria con contenidos ofensivos a los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, causando indignación en diferentes círculos de maestros, historiadores, periodistas y juristas, quienes los calificaron de discriminatorios y sesgados.
En el escrito “Dictaduras usan coronavirus para sostenerse, conspirar y lucrar” se acusa a los gobiernos de los países latinoamericanos antes citados de comportarse como dictaduras que aprovechan la pandemia para fortalecer sus regímenes de facto, de incrementar el narcotráfico y el crimen organizado.