El empresario José Luis Corripio Estrada (Pepín), aseguró ayer que todos los seres humanos tienen la oportunidad de modificar el saldo de sus vidas.

“Nadie es perfecto, desde el día que se nace hasta el día que se muere. Si fuera así, en la Iglesia no existiera el ¨yo soy pecador¨”, expresó durante su intervención en la conferencia “La empresa como ente promotor de valores éticos en la sociedad: realidad y perspectiva”.

La actividad, cuyo objetivo principal es la recaudación de fondos para el sostenimiento y la formación de los seminaristas, de la Fundación Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, busca el encuentro entre sectores e instituciones que toman en cuenta las relaciones corporativas en beneficio de la buenas acciones y el verdadero sentido de la fe.

Corripio hizo un llamado a los empresarios a colaborar con el Seminario, que busca la mejoría de jóvenes que pretenden dedicar su vida al servicio de la Iglesia.

En ese sentido, el padre José Amable Durán Tineo expresó que la fundación tiene como propósito destacar los valores éticos y morales que deben regir las empresas, ya que en toda institución los valores primordiales son los pilares de su misión y visión.
“En estos tiempos, se requiere que la empresa promueva una cultura de valores éticos e integridad en todo su quehacer, tanto a lo interno como en su proyección externa”, aseguró Tineo. Agregó que esos factores servirán como base fundamental de las políticas relativas a la conducta de los colaboradores y de la propia organización, en su responsabilidad social, humana y corporativa. El desayuno tuvo como escenario el salón la Mancha del Hotel Barceló.

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