La avenida Fernández Domínguez, antigua autopista San Isidro, es una vía muy importante en el municipio Santo Domingo Este, debido a la gran cantidad de centros comerciales, plazas, cabañas y residenciales que posee.Sin embargo, la vía está a medio talle, carece de semáforos, señalizaciones en las intersecciones y no hay seguridad ni para conductores ni peatones. Los vehículos públicos y privados se desplazan por allí a gran velocidad, lo que pone en riesgo la vida de los transeúntes.
El fenecido síndico Juan de los Santos inició un proceso de transformación de esta avenida que fue construida por el generalísimo Rafael Leonidas Trujillo para acceder a la Base Aérea de San Isidro, pero la obra fue tomada luego para su terminación por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), que no ha podido lograr esa terminación.
Ante esta situación los moradores de esa zona, los peatones y los conductores consideran que el MOPC debe intervenir esta vía y dotarla de semáforos, puentes peatonales y reductores de velocidad frente a los supermercados, farmacias y templos religiosos como los Testigos de Jehová que tienen allí su sede principal.
Temor de los choferes y peatones
Braulio Montero, presidente de la parada de motores que está ubicada en la avenida del Progreso, entre el supermercado Olé y plaza Eric, narró a elCaribe que a diario viven asustados, tratando de que los vehículos no los choquen cuando van a buscar un pasajero o cuando ven que el pasajero intenta cruzar.
“Esta avenida es muy peligrosa, a cada momento ocurren choques sin mayores consecuencias, porque no hay ni un puente peatonal, ni reductor de velocidad y solamente dos semáforos. Muchos conductores no nos dan chance para cruzar y a veces tardamos entre cinco y 10 minutos para cruzar y buscar un pasajero”, expresó Montero.
Montero dijo, además, que esa situación es muy incómoda, porque es como si el peatón y los motoristas no tienen derecho de transitar por la avenida.
Juan Lluberes, quien se encarga de la seguridad de la parada de motores, señaló que en la zona hay poca vigilancia y que solo se encuentra en la calle del Progreso.
Janet de la Rosa labora en un centro comercial que está cerca de la avenida, y dijo que a veces los peatones aprovechan a los vendedores que están en medio de la calle para poder cruzar, situación que se le complica cada día.
También los choferes de la ruta 30, que lleva a los pasajeros hasta la avenida Duarte, mostraron su preocupación por la difícil situación de la avenida donde ocurren accidentes con frecuencia.
José Miguel Contreras, quien vive en el sector Alma Rosa, tiene 17 años trabajando en esa zona y expresó que hay varios lugares que son más peligrosos que otros.
“Desde la bomba Texaco, cerca del supermercado Olé, hasta la farmacia Premium que está después de los tanques de agua, es un área muy peligrosa porque a cada momento hay accidente”, indicó Contreras.
Explicó que en esa avenida hay que cruzar despacio y con mucha precaución, y en ese sentido dijo que es muy necesario que se coloquen muros en la avenida para que se le haga más fácil a las personas transitar.
Tanto los moradores, los choferes y los peatones esperan que la situación mejore para que se pueda transitar con seguridad en esa avenida.
La avenida solo cuenta con dos semáforos
La antigua autopista San Isidro, hoy avenida Fernández Domínguez, cuenta con dos semáforos hasta el momento. Uno que está en la intersección de la autopista con Charles De Gaulle. Este es uno de los puntos donde más tapones se hacen pese al elevado construido allí. El otro semáforo se encuentra en la calle del Progreso, donde permanecen dos miembros de la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet) para controlar el tránsito.