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En República Dominicana, la preferencia por candidatos blancos en las elecciones refleja una realidad velada. Según la Encuesta de Cultura Democrática 2022-2023, un 31.3% de los encuestados expresó que confiaría más en un candidato blanco que en uno negro, a pesar de que un 58% afirmó que no tiene preferencia por el color de piel.
El dato de que casi un tercio de la población prefiere a un candidato blanco sobre uno negro subraya la persistencia del racismo en la política dominicana. Aunque la mayoría de los encuestados por el estudio asegura que no discrimina por el color de piel, el porcentaje significativo que sí lo hace muestra que el racismo sigue siendo una barrera silenciosa pero poderosa en el país.
¿Quiénes Prefieren a candidatos blancos?
La preferencia por candidatos blancos se observa con mayor frecuencia en personas con niveles educativos más bajos y en los quintiles superiores de ingreso. Esto indica que tanto la educación como la posición económica influyen en las actitudes raciales al momento de votar. Por otro lado, aquellos con ingresos más bajos y educación superior tienden a ser más neutrales o favorables hacia candidatos negros.
El sesgo racial en la preferencia de los votantes puede tener consecuencias importantes para el desarrollo de una democracia más inclusiva. Candidatos de raza negra, aunque talentosos y capacitados, enfrentan un electorado que, en su mayoría, sigue aferrado a prejuicios raciales que limitan sus posibilidades de éxito en las urnas.
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¿Racismo en la política?
Para avanzar hacia una sociedad más justa, es crucial que se aborden estos prejuicios en el discurso público y se promuevan políticas que fomenten la igualdad racial. La educación y la sensibilización del electorado sobre la importancia de juzgar a los candidatos por sus habilidades y no por su color de piel son pasos necesarios para combatir esta forma de discriminación.
La preferencia por candidatos blancos en República Dominicana, aunque no mayoritaria, es un recordatorio de que el racismo sigue siendo un problema latente en la política del país. Combatir estos prejuicios es esencial para construir una democracia donde todos los dominicanos tengan las mismas oportunidades de participar y ser elegidos, independientemente de su raza.
