La situación presentada el pasado año, donde la Embajada de Estados Unidos en la República Dominicana alertó a los ciudadanos estadounidenses de piel oscura sobre el incremento de los operativos de la Dirección General de Migración (DGM), fue tema de conversación este miércoles entre el canciller, Roberto Álvarez, y la subsecretaria de Departamento de los Estados Unidos, Wendy Sherman.
El canciller dominicano le planteó a la diplomática estadounidense que a raíz de esta alerta, lanzada en el mes de noviembre del 2022, “la República Dominicana ha podido contabilizar unos 35,000 visitantes que han dejado de venir a nuestro territorio”.
“Le planteamos el impacto que tiene esa decisión del Departamento de los Estados Unidos y cómo ha impactado el flujo turístico en la República Dominicana”, expresó el vocero de la Presidencia y director de Estrategia y Comunicación Gubernamental, Homero Figueroa, al dar un resumen de los temas que desarrollaron diferentes funcionarios dominicanos con Wendy Sherman.
De acuerdo al vocero de la Presidencia, el canciller Roberto Álvarez le planteó a la subsecretaría de Departamento de los Estados Unidos, que la República Dominicana es un país abierto y que recibe una alta proporción de estadounidenses de los 8 millones de turistas que cada año visitan al país.
Según lo dicho por Homero Figueroa, la subsecretaría de Estados Unidos, Wendy Sherman, “se comprometió a hacer los esfuerzos necesarios para que la República Dominicana logre el objetivo de recuperar su estatus anterior”.
La alerta migratoria de los Estados Unidos, surgió a raíz de los intensificados operativos migratorios está llevando a cabo las autoridades dominicana, destinadas a detener a aquellos que son inmigrantes indocumentados, especialmente, personas de ascendencia haitiana.
Sobre los operativos para detener a ilegales haitianos, en esa ocasión la Embajada de Estados Unidos dijo que los informes indican que los detenidos se mantienen en centros de detención superpoblados, sin la capacidad de impugnar su detención y sin acceso a alimentos o baños, a veces durante días, antes de ser liberados o deportados a Haití.