La ministra de la Mujer aseguró que en la República Dominicana el acoso sexual contra las mujeres es una práctica bastante común que se manifiesta en los medios de comunicación y en los partidos políticos.
Janet Camilo lamentó que en el país no solo existe acoso laboral, si no que la mujer también sufre esos ataques en las calles y en el transporte público.
La funcionaria se quejó igualmente de la discriminación que sufren las mujeres a la hora de vestirse con ropas cómodas porque, según afirmó, inmediatamente son etiquetadas de que “andan provocando a los hombres, mientras éstos se pueden vestir como les dé la gana y eso a nadie le importa”.
En tan sentido, hizo un llamado a cualquier mujer que se sienta acosada en su centro de trabajo, para que se ponga en contacto con el ministerio que dirige para acompañarla a llevar su caso a los tribunales y brindarle asesoría legal.
Programa de la ONU
Dijo que desde ya funciona un programa de las Naciones Unidas que se llama Ciudades Seguras, que fue firmado por el alcalde del Distrito Nacional que busca prevenir y combatir el acoso sexual en las calles de la capital.
Explicó que dicho programa persigue también que el acoso sexual en el transporte público sea mitigado, y que los hombres creen conciencia de que en los carros públicos, en los buses y en el Metro, deben mantener el respeto hacia la mujer.
“A ningún hombre le gusta que le toquen ni que se queden mirando su parte trasera, entonces cómo se siente una mujer cuando se monta en un vehículo, en una guagua, e inmediatamente le fijan la mirada en una parte de su cuerpo, lógico que se siente incómoda porque es una violación a su intimidad y a sus derechos”, agregó Janet Camilo.
Sobre la violencia
Janet Camilo afirmó que la violencia contra la mujer es la forma más despiadada de terrorismo que existe en la actualidad, y en el caso de República Dominicana, ella como ministra se siente frustrada al ver que todas las acciones que se implementan no detienen los asesinatos de mujeres. “Esa violencia se mete silentemente en la casa y destruye el hogar, a la familia a los hijos e hijas, y termina matando a la mujer, a los hijos a la vecina, y a cualquier persona que forma parte de la red de apoyo”.