Los hospitales y clínicas son un caldo de cultivo para el desarrollo de microorganismos patógenos que pueden alojarse en barandillas, sábanas, mesas, equipos, instrumental médico o superficies.
De ahí que sea tan necesario extremar las condiciones de higiene para prevenir la proliferación de bacterias como las cuatro que según el Colegio Médico Dominicano (CMD) fueron detectadas en el hospital Jaime Mota de Barahona e incidieron en cierta forma, en la muerte de ocho recién nacidos.
La presidenta de la Sociedad Dominicana de Infectología, Carmen Sarah Mota, explicó que por eso es prácticamente obligatorio que en todo centro de salud en donde se ingresen pacientes haya un Comité de Control de Infecciones, que tome medidas preventivas que eviten la proliferación de estos gérmenes.
Según la especialista, dichos comités se mantienen vigilantes, e incluso toman cultivos de las áreas antes de que haya brotes para proceder a su desinfección.
Indicó que un brote de infecciones puede controlarse con el lavado de manos por parte del personal de salud, aislamiento de los pacientes infectados y asegurando que el personal que los atiende respeta las medidas de seguridad para evitar el contagio a otras personas.
Sin embargo, Mota deploró que en varios hospitales del país, incluidos los del Gran Santo Domingo, haya precariedades en el suministro de agua, al punto que a determinada hora cortan el servicio, dejando al personal desprovisto del líquido necesario para su aseo y desinfección.
“Hay que ver si los equipos de desinfección están en buen estado, si el autoclave está en buen estado, si tienen soluciones antisépticas apropiadas, pero todo eso lo establece el comité de control de infecciones que hace un mapeo del centro, y una evaluación diagnóstica y dice lo que se tiene que hacer”.
Dijo que en Barahona se debe evitar el ingreso de pacientes en las unidades donde fueron detectadas las bacterias hasta que no sean desinfectadas.