Nueva York.- El millonario Jeffrey Epstein, hallado muerto el sábado pasado en la prisión de Nueva York donde esperaba un juicio por tráfico sexual de menores, se suicidó ahorcándose, según confirma la autopsia realizada por la Oficina Forense de la ciudad.
La información, recogida este viernes por The New York Times, sigue a las primeras conclusiones de la autopsia que trascendieron ayer y que indicaban que el financiero, de 66 años, tenía múltiples fracturas de hueso en el cuello.
La forense principal de la ciudad de Nueva York, Barbara Sampson, llevó a cabo la autopsia el pasado domingo, pero indicó entonces que la determinación de la causa de muerte quedaba “pendiente”, a falta de información adicional.
Ante la información sobre las fracturas múltiples de huesos en el cuello, que algunos expertos consideraron más comunes en víctimas de homicidio por estrangulamiento, Sampson señaló en un comunicado que ningún factor aislado en una autopsia puede proporcionar por sí mismo una respuesta concluyente a lo ocurrido.
“En todas las investigaciones forenses, toda la información debe sintetizarse para determinar la causa y forma de la muerte”, añadió Sampson. “Todo debe ser coherente: ninguna conclusión sola puede evaluarse en el vacío”.
De acuerdo con el canal NBC, el magnate se ahorcó con una sábana dentro de la celda del Metropolitan Correctional Center de Manhattan.
Su muerte repentina y en extrañas circunstancias, que está siendo investigada tanto por el FBI como por el Departamento de Justicia, ha generado estos días numerosas teorías conspiratorias debido a los personajes con los que se relacionaba, como el expresidente Bill Clinton, el príncipe Andrés de Inglaterra o el presidente Donald Trump.
Tras un aparente intento de suicidio el 23 de julio, Epstein estuvo en vigilancia preventiva las 24 horas pero a los pocos días se le retiró y se le impuso un estatus especial por el cual debía recibir visitas cada 30 minutos y tener un compañero de celda, que no estaba presente ese día.
Los dos guardias de seguridad de la cárcel que estaban encargados de vigilar la celda de Epstein se durmieron y falsificaron el registro para encubrir su error, según indicó el diario The New York Times.
Epstein estaba acusado de crear una red de tráfico sexual de menores hace una década en sus mansiones de Nueva York y Florida, y se había declarado inocente de los cargos.
El millonario ya había afrontado acusaciones similares en Florida en 2008, aunque entonces llegó a un acuerdo con el fiscal Alexander Acosta, posteriormente secretario de Trabajo en la Administración de Trump, que tuvo que renunciar a este cargo por el escándalo desatado por un pacto secreto ocultado a las víctimas.