Monseñor Ramón Alfredo de la Cruz Baldera fue consagrado el pasado fin de semana como obispo de San Francisco de Macorís, en cuya ceremonia afirmó que “estamos llamados a dar razón de la esperanza” a diversos grupos.
Indicó que entre estos están “los jóvenes que han dejado de creer en la Iglesia, los que han perdido la fe, los enfermos que esperan la cura de una enfermedad, los colectivos feministas, LGTBIQ, anarquistas, pro tres causales, artistas urbanos y los inmigrantes”. Asimismo, para conocer a profundidad las fortalezas y debilidades de la Diócesis expresó su deseo de “ir a las periferias, ser pastor de una Iglesia en salida, que no tema al diálogo con el mundo, con los sectores sociales, profesionales y religiosos”. “Seré el obispo de los pobres y de los ricos, los humildes y los orgullosos, los fuertes y los débiles. Las puertas del obispado siempre estarán abiertas, para acoger y acompañar”, expresó durante la eucaristía que estuvo presidida por el obispo emérito de la Diócesis, monseñor Fausto Mejía.