Frank Moya Pons asegura que gracias al flujo de recursos dirigidos hacia estas, hoy RD tiene mejores economías de AL

El historiador dominicano Frank Moya Pons aseguró ayer que gracias al creciente flujo de recursos dirigidos hacia la ejecución de obras públicas, la República Dominicana ha devenido en una de las economías más dinámicas de Latinoamérica.

Durante la conferencia inaugural del V Congreso Hispanoamericano y XIII Congreso Nacional de Ingeniería de la Construcción, que se realiza en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Moya Pons hizo un recorrido sobre cómo las primeras grandes obras de infraestructuras -como los ferrocarriles y carreteras-, motorizaron los comienzos sostenidos del crecimiento económico dominicano, para transitar el trayecto desde lo que eran caminos rurales hasta las grandes carreteras que hoy exhibe el país.

En la exposición “Caminos, ferrocarriles y carreteras en el comienzo de la modernización dominicana”, el historiador afirmó que las demás obras de infraestructuras como el caso de los aeropuertos, las hidroeléctricas, plantas de eléctricas, canales de irrigación, acueductos, alcantarillas, teleféricos, metros y monorrieles, han sido igualmente importantes en el proceso de desarrollo económico de la nación, tras indicar que sin esas construcciones el país no habría logrado cambiar radicalmente como lo ha hecho en las últimas décadas, dejando a un lado a una sociedad rural a otra urbana y moderna.

Desde el punto de vista del historiador, hoy la República Dominicana posee una de las redes viales más densas de la región; exhibe un alto índice de urbanización, donde más del 80 % de la población vive en esos núcleos y cuenta, además, con una industria turística que crece velozmente e impacta positivamente en el empleo nacional a la vez que estimula la producción agropecuaria.

En su ponencia, Moya Pons destacó que en este último siglo, la República Dominicana ha tenido gobiernos para quienes la inversión en obras públicas ha sido más prioritaria que el gasto social, pero que también ha habido otros, cuyo mayor interés ha sido la realización de pequeños y medianos proyectos de impacto social inmediato, reparación o reconstrucción de estructuras existentes.

Procesos de crecimiento

Para comprender los procesos de crecimiento y modernización del país, indicó Moya Pons, se debe tener en cuenta que la construcción de infraestructuras no ha sido solamente obra de los gobiernos, sino que hay áreas de la economía como el turismo y las zonas francas industriales en que la inversión privada ha liderado la expansión y los aportes de capital.

“En esos y otros ejemplos, el Estado, rezagado al principio, ha tenido que activarse para aportar las obras básicas o complementarias que demandan esos sectores. Aun reconociendo el papel clave del sector privado, la inversión pública ha sido determinante por sus enormes montos en la implantación de las infraestructuras nacionales”, apuntó.

Frank Moya Pons puntualizó, durante su alocución, que todos los gobiernos que ha tenido el país desde 1916 hasta la fecha (con sus variadas prioridades), han asumido como obligación insoslayable la construcción de obras de infraestructuras y que, en otras palabras, “todos han querido pasar a la historia como grandes constructores”.

El historiador señaló, sin embargo, que el proceso de urbanización ha sido tan acelerado que el Estado no logra todavía ponerse al día con todas las obras que demandan los pueblos y ciudades, pero que es mucho lo que se ha hecho con los recursos limitados de una economía tan pequeña que hace poco despegó aceleradamente hasta convertirse en un ejemplo para los países de la región.

“En los últimos veinte años el crecimiento económico nacional ha promediado sostenidamente un cinco por ciento anual”, precisó.

Al hacer énfasis en el lento proceso de desarrollo que experimentó el país al principio, Moya Pons expuso en su conferencia que la República Dominicana entró en el siglo XX sin una sola carretera, ya que las primeras fueron construidas tarde, junto con los primeros ferrocarriles, que iniciaron la modernización del país.

Al hacer un recorrido por la historia de la infraestructura vial, Moya Pons manifestó que esta inicia con la construcción de los primeros ferrocarriles, levantados desde el 1893 para acarrear caña a los ingenios y llevar azúcar hasta los puertos de embarque. Años después, a partir del 1905, fue cuando los gobiernos emprendieron la construcción de los primeros caminos carreteros.

Al llegar a la historia actual, el historiador precisó que en los últimos ochenta años, esta nación se mantuvo expandiendo su posición como uno de los países con mayor densidad vial de América Latina. Citando a la firma Tecnoamérica, Moya Pons indicó que para 2018 la República Dominicana contaba con unos 1,670 kilómetros de vía troncales, 2,300 kilómetros de vías regionales y 1,640 kilómetros de vías locales, asfaltadas todas, además de 8,700 kilómetros de caminos vecinales y otros 4,000 kilómetros de troncales y caminos temporales, para un total de 18,310 kilómetros de vías, de los cuales más de 14,000 son transitables en todas las condiciones meteorológicas en cualquier época del año.

Congreso historia de la construcción hasta el 23

La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra es sede del V Congreso Hispanoamericano y el XIII Congreso Nacional de Historia de la Construcción, que reúne desde ayer hasta el sábado 23 de marzo, a expertos para explorar el legado arquitectónico de la región y los aportes de arquitectos, ingenieros y trabajadores de la construcción que han dejado su impronta en el desarrollo de la humanidad. Participarán 70 exponentes nacionales e internacionales, con temas que van desde la evolución de la arquitectura y los constructores indígenas durante el siglo XVI y la evolución de la arquitectura, hasta la construcción y destrucción de las murallas de La Habana.

Conferencia
Frank Moya Pons impartió conferencia de apertura del Congreso Hispanoamericano de Historia de la Construcción.

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