El excandidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, no ha dado ni un día de tregua al Gobierno y al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en sus ataques frontales en temas como la corrupción, inseguridad ciudadana y el endeudamiento público. Hasta ahora eso lo ha colocado como la principal figura de la oposición al fortalecerlo a lo interno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y al mismo tiempo lo ha acercado a otros diez partidos de oposición, cuyos dirigentes no han logrado su trascendencia política.
De hecho, las voces afines al Gobierno y al PLD lo cuestionan por su forma de manejarse tras las elecciones de mayo del 2016 y por como ha continuado haciendo oposición al Gobierno y apoyando las manifestaciones recientes que presionan cada vez más al oficialismo.
De hecho, el PLD ha elegido al expresidente Hipólito Mejía como el líder de la oposición, pero los hechos a quien han ido colocando en ese trayecto es al excandidato del PRM.
El movimiento “Fin de la Impunidad” se ha cuidado de no tener cabecillas visibles, sino que sus organizadores se turnan hasta para hacer apariciones en los medios de comunicación y han excluido de la vocería a los partidos políticos que apoyan esa manifestación. Sin embargo, Abinader ha levantado un discurso que está en sintonía con esas demandas y tiene a su favor el hecho de que nunca ha ocupado posiciones públicas por lo que es remota la posibilidad de que su figura pueda resultar afectada por un escándalo de corrupción, tema que ahora está en la agenda de la ciudadanía.
Abinader participó y llamó a asistir en la marcha que se hizo el 22 de enero como parte del movimiento “Fin de la Impunidad” y junto a su esposa, Raquel Arbaje, fue de los primeros en firmar el famoso “Libro Verde” que ya ha recolectado más de 132 mil firmas.
“Investigación PGR (Procuraduría General de la República) es farsa. Todas acciones son coordinadas entre Gobierno y funcionarios de Odebrecht. Aceleremos la lucha contra la impunidad”, fue el llamado más reciente de Abinader a la población a continuar en pie de lucha contra el Gobierno y el PLD.
Todos los dirigentes y excandidatos presidenciales han apoyado el movimiento, pero quien logró un sólido segundo lugar en las pasadas elecciones, fue Abinader que alcanzó más de un millón 600 mil votos para el 35% del universo de votantes. Guillermo Moreno, es otro político que ha tenido como bandera la anticorrupción, pero no luce con posibilidades de competir con Abinader que además se ha ocupado de llevar propuestas en otros temas como la seguridad ciudadana y la política económica del Gobierno atacando el endeudamiento público.
Desde la perspectiva del politólogo Freddy Ángel Castro, si Abinader mantiene un estilo de oposición que no pise la raya de la racionalidad podría capitalizar gran parte del descontento social que se expresa a través de las protestas. “Ha hecho críticas puntuales a la gestión del Gobierno pero tampoco debe convertirse en una persona temeraria ni tremendista que todos los días produzca una declaración para ganar titulares”, dijo.
¿Hasta dónde se debe llegar haciendo oposición?
En política hasta para criticar y hacer oposición hay que mantener los límites de la prudencia y Abinader debe estar consciente de eso.
Ante la ola opositora, en un sector de la opinión pública se maneja el tema de que supuestamente los gestores del movimiento “Fin de la Impunidad” lo que buscan es replicar en el país lo sucedido en Brasil donde la crisis política terminó con el Gobierno de Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores. Castro dice que sería un error garrafal de Abinader apoyar que desde las movilizaciones sociales se exijan acciones que no están en el marco institucional.
“Sería un error pretender que a través de las protestas sociales se llegue a una situación donde comiencen a demandar situaciones que no están previstas como el retiro del mandato o renuncia del presidente de la República”, dijo el politólogo.
Mejía, única amenaza en el PRM para Abinader
Como pinta el escenario político a lo interno del PRM, Abinader debe vencer al expresidente Mejía, un caballo de batalla que ha demostrado en el terreno que es duro de vencer. Ahora el PRM está inmerso en un proceso de reestructuración y Abinader tendrá que demostrar a sus seguidores que pueden contar con él defendiendo las posiciones internas de su gente. De hecho, Abinader ha tenido que lidiar con el disgusto de los pasados comicios.