Hace 25 años el huracán Georges de categoría 3 penetraba por la región Este de la República Dominicana, y causó caos, destrucción y muerte a su paso.
De acuerdo con la escala internacional Saffir-Simpson, Georges entró al país con unos vientos calculados en 200 kilómetros por hora, lo que provocó oleajes de más de 12 pies de altura y grandes daños a la infraestructura, la agricultura y dejó al menos mil personas muertas.
Al menos 500,000 personas perdieron sus casas y cientos de miles tuvieron que buscar refugios improvisados, sin medicinas ni alimentos.
Las principales avenidas de Santo Domingo quedaron interrumpidas por los árboles caídos y el aeropuerto internacional de Las Américas sufrió daños severos.
Estos fueron también considerables en numerosos barrios residenciales que quedaron inundados y con el tendido eléctrico y telefónico totalmente destruido. La comunicación entre la capital y el resto del país, especialmente con el Este y el Noreste, quedó interrumpida desde que Georges entró al país.
Según la trayectoria que tomó después de azotar Santo Domingo, el huracán, debilitado al atravesar la Cordillera Central dominicana, debería salir de nuevo al Atlántico por la costa noroeste de la isla de La Española.
Registros
Según registros de la época, los mayores daños que el huracán causó en el país ocurrieron en la región Este (en La Romana, San Pedro de Macorís, El Seibo, La Altagracia y Hato Mayor).
Sin embargo, también afectó gravemente la infraestructura de Santo Domingo, San Juan, Azua, Barahona y Bahoruco. En esta última zona prácticamente acabó con el sector Mesopotamia, ubicado en San Juan.
Igualmente, causó mucho daño en Tamayo, municipio de Bahoruco, donde el agua y el lodo por la crecida del río Yaque del Sur destruyeron casi todo.
La situación fue caótica y requirió una intervención especial de las autoridades para recuperar la normalidad, la cual se tardó varios meses.
La agropecuaria, la electricidad, las infraestructuras viales, las viviendas, escuelas, hospitales, los servicios básicos como el agua, electricidad y las telecomunicaciones resultaron afectados casi en su totalidad.
Tras el paso del fenómeno natural, Leonel Fernández, mandatario para la fecha, aprobó un plan nacional de reconstrucción, así como asistencia a las familias y personas afectadas. Debido a la magnitud del impacto de este huracán sobre el sector de la salud, y a la necesidad de conocer, para un mejor tratamiento futuro, las respuestas inmediatas del sistema sanitario nacional, el país inició la conformación de un marco jurídico amplio sobre el tema de prevención de catástrofes naturales.