Aquel 12 de noviembre de 2001 el cielo se encontraba despejado y los vientos soplaban acorde a lo acostumbrado. Los motores del Airbus A-300 se mantenían encendidos y el vuelo 587 de la aerolínea estadounidense American Airlines ya estaba a punto de partir. Eran las 9:14 de la mañana.
Todavía persistía en muchas personas el trauma y el miedo que provocaron los atentados terroristas contra las Torres Gemelas y el Pentágono, ocurridos dos meses antes en Nueva York y Washington. Pero el deseo de 175 dominicanos que se disponían a regresar a Santo Domingo para visitar a sus familiares era más fuerte.
Tradicionalmente, muchos que residen en Estados Unidos aprovechan la época navideña para regresar a República Dominicana y reunirse con sus familiares; y, precisamente, era el vuelo 587 uno de los más populares al ser utilizado por los dominicanos durante esta fecha, a tal punto que Kinito Méndez y Johnny Ventura le dedicaron un merengue navideño en 1998.
Nadie hubiese imaginado que tan solo tres minutos después de haber despegado del aeropuerto John F. Kennedy, el vuelo 587 descendería bruscamente hasta estrellarse en una zona residencial de Queens en la ciudad de Nueva York.
La sensación era de horror, incertidumbre y dolor. ¿Era otro atentado terrorista de Alqaeda? ¿Fueron los yihadistas? Todo rememoraba al 11 de septiembre.
Imperaba el desconsuelo y la confusión. Las cadenas de noticias transmitían a cada minuto las incidencias del siniestro. La secuela del 9/11 era muy reciente y poderosa.
Y mientras muchos se preguntaban qué estaba ocurriendo, otros llamaban desesperadamente a las aerolíneas para saber de sus familiares; tal fue el caso de Altagracia Estrella, quien intentaba saber si su hermana Clara de la Cruz, y otros cuatro familiares que estaban supuesto a tomar ese vuelo, finalmente habían tenido el fatídico destino.
«Para mí fue algo muy fuerte. Todavía no encuentro explicaciones. Esto marcó mi vida y me dolió bastante… es algo que no se lo deseo a nadie», dijo Estrella durante una entrevista que le hicieron en una de las fechas conmemorativas del siniestro, donde en total perecieron 260 pasajeros y cinco personas que estaban en tierra.
Aquel día Estrella perdió a cinco mimbros de su familia. Esa experiencia también fue compartida con el cantante dominicano Cuco Valoy, cuya tragedia le arrebató a su hija Norma Valoy y a tres de sus nietos.República Dominicana había sido lacerada por la trágica muerte de sus hijos.Y todos buscaban un porqué…
Acciones
Tras producirse la tragedia, las autoridades guiadas por el entonces alcalde Rudy Giuliani, decidieron tomar como medidas de seguridad suspender las actividades de los 3 aeropuertos de Nueva York, cerrar por 2 horas los túneles y puentes que conectan a Manhattan con la ciudad de Queens, activar aviones de combates que sobrevuelen el área de Queens y el apoyo masivo de todas las unidades de bomberos posible.
Resultados de la investigación
Los investigadores descartaron el mismo día del fatídico suceso de que se tratara de un ataque terrorista ya que no encontraron rastros de bombas dentro de la aeronave; y segundo, porque muchos testigos narraron la ruta final del avión y de cómo varias partes se fueron desprendiendo a medida que se precipitaba hacia tierra.
Luego de varios años de investigación, en el año 2004 finalmente salió a la luz la causa del accidente.
Un error del copiloto Sten Molin.
Molin, había sido entrenado para presionar agresivamente el timón direccional de un lado a otro en caso de turbulencia de una estela de condensación grave, pero al no saber la sensibilidad de los pedales del Airbus A300, lo destrozó y separó todo el estabilizador vertical del A300, lo que provocó el trágico desenlace.
Las familias de las víctimas resultaron indemnizadas debido a la culpabilidad de la compañía aérea; no obstante, no existe metal económico en el mundo que haya podido cicatrizar la herida que, desde hace 22 años y cada 12 de noviembre, sigue causando dolor a aquellos que perdieron a sus seres queridos.