El presidente del Colegio Médico Dominicano se ha valido de estos recursos de presión para alcanzar reivindicaciones

A poco más de un mes de concluir los dos años de gestión del doctor Waldo Ariel Suero frente al Colegio Médico Dominicano (CMD), se han realizado 26 paros hospitalarios, cuatro marchas, tres vigilias, dos piquetes y una cadena humana.

Al jurar por cuarta vez como presidente de la asociación profesional en diciembre de 2015, tras obtener el voto favorable del 72% de sus colegas, el controversial gremialista advertía al Gobierno que estaría en las calles defendiendo a los miembros de su clase, propugnando por un aumento salarial de un 60%, pensiones dignas y enfrentando los problemas de la residencia médica y con las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS).
“Si me tocan a un médico estaremos en las calles defendiendo a ese médico”, afirmó el galeno en medio de la celebración de su victoria en la sede del CMD.

Y así ha sido. Tras la conformación del denominado Pacto Nacional por la Salud (Panasalud) a finales de enero de 2016, el cual concitó el apoyo de distintos gremios de la enfermería, técnicos, farmacéuticos, odontólogos y empleados administrativos del sector, se iniciaron las huelgas en demanda de un conjunto de reivindicaciones que incluían la asignación del 5% del Producto Interno Bruto (PIB) para Salud, reajuste salarial, la rehabilitación de la planta hospitalaria, pensiones y nombramientos de personal.

Como en sus anteriores gestiones, caracterizadas por la confrontación y la huelga como recurso de presión, Waldo Ariel Suero, encabezó ese año un largo itinerario de movilizaciones y paralizaciones que solo se detuvo en la recta final de la campaña electoral, previo al inicio de un proceso de diálogo con el Gobierno el 13 de abril, dando una tregua al presidente y candidato Danilo Medina y acallando las críticas de que las huelgas tenían un matiz político.

Los primeros cuatro meses del 2016 estuvieron marcados por la tensión fruto de la paralización parcial y general de los servicios médicos en los hospitales públicos del país y una marcha hacia el Palacio Nacional.

En esos días, la ministra de Salud, Altagracia Guzmán Marcelino, afirmó que el galeno intentaba lograr reivindicaciones de forma acelerada y bajo presiones, obviando los cambios experimentados por el país en esa materia.

A finales de marzo de ese mismo año, se realizó otra marcha, esta vez hacia el Ministerio de Salud. Allí les recibió la propia ministra, quien prometió pautar una reunión con el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo y el entonces director del Servicio Nacional de Salud (SNS), Ramón Alvarado, para abordar los temas planteados por Panasalud. Con ello quedaba desactivado el llamado a paro convocado por tres días en la primera semana de abril.

Un diálogo de ocho meses

El diálogo iniciado en abril con la mediación del rector de la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD), Monseñor Jesús Castro Marte, y que se prolongó hasta noviembre del 2016, estuvo matizado por largas pausas frente a una oferta salarial que no satisfacía a los médicos que amenazaban con más paros si no se llegaba a un acuerdo.

Las negociaciones estaban basadas en ocho puntos fundamentales: pensiones y jubilaciones, consolidación de la red única de atención de salud, política salarial, mejora en servicios y condiciones de los hospitales públicos, nombramiento de personal, fortalecimiento del sistema de atención primaria; el estudio de la propuesta de asignar el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) al sector salud e implementar programas para financiar viviendas a trabajadores de la salud.

A principios de agosto, el presidente del CMD acusó al Gobierno de querer mantener un “diálogo eterno” y engañarlos con tácticas dilatorias. Anunciaba el reinicio de la lucha con una cadena humana en el hospital Francisco Moscoso Puello y un paro de labores en los hospitales de la regional Sur, advirtiendo a los “rompe huelgas” que podrían ser sancionados por el gremio.

Finalmente, el ansiado acuerdo fue firmado el 8 de noviembre, con un incremento salarial de un 25%, que supuso una corta paz laboral hasta mayo de este año ante alegadas violaciones en algunos puntos del documento.

Enfila sus cañones hacia las ARS

Mientras duró la tregua con el Gobierno, el gremio junto a las sociedades médicas especializadas enfilaron sus cañones hacia las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) por la alegada aplicación de medidas administrativas en su contra.

Así, a finales de febrero de este año, médicos del sector público y privado marcharon hacia la casa de Gobierno en protesta por el estancamiento por más de diez años de los honorarios y tarifas, cancelaciones arbitrarias de códigos por parte de las ARS y la exclusión de 15 mil médicos del sistema. Poco después, la Asociación de Clínicas y Hospitales Privados (Andeclip) abrazó la causa del CMD para exigir mejores condiciones para médicos y clínicas de parte del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) y en contra del proyecto de modificación de la ley de Seguridad Social del Gobierno.

En rueda de prensa conjunta, Rafael Mena y Waldo Ariel Suero, advirtieron que estaban dadas todas las condiciones para convocar en los próximos días a un paro de labores en las clínicas privadas.

Firma acuerdo con ARS

La huelga propuesta en las clínicas de Santiago para finales de abril fue finalmente suspendida por la situación de emergencia provocada por las fuertes lluvias en la región del Cibao.

A finales de mayo, y tras varias conversaciones con la Asociación Dominicana de Administradoras de Riesgos de Salud (ADARS), se acordó la afiliación de los médicos que laboren en los centros médicos contratados en el Seguro Familiar de Salud (SFS) y que el código del prestador otorgado por las ARS, se homologaría internamente con el número de afiliación al Colegio Médico Dominicano. En relación a las glosas, se elaboró un convenio consensuado preparado y firmado para tales fines.

En junio, Suero encabezó un piquete frente al Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS) para reclamar la actualización y ampliación del Plan Básico de Salud y la mejora de los honorarios de los galenos por el servicio a los pacientes del régimen contributivo.

Resurgen protestas en el sector público

En mayo el CMD reanudó las protestas, esta vez en los hospitales descentralizados. En junio denunció la muerte de 14 recién nacidos durante un fin de semana en la Maternidad La Altagracia, atribuidas al hacinamiento fruto de su reconstrucción. Estas declaraciones generaron descontento entre las autoridades, que en voz de la ministra Guzmán Marcelino, llamaron al gremio a trabajar y cumplir con los acuerdos. El 20 de septiembre, Suero convocó a un paro nacional, el cual fue finalmente levantado por el paso del huracán María. El conflicto se ha recrudecido en las últimas cuatro semanas, con la paralización de los hospitales por ocho días y una marcha hacia el Ministerio de Salud, en donde el presidente del CMD aseguró que las huelgas continuarán pasadas las elecciones de noviembre para demostrar que las protestas no están relacionadas con el proceso como han dicho las autoridades. En la edición de ayer, elCaribe atribuyó erroneámente a Suero, haber acusado a la ministra del uso de recursos estatales en la campaña, pero la frase fue pronunciada por Wilson Roa.

Presión
En cuatro gestiones como presidente del gremio, Suero ha usado las huelgas para alcanzar reivindicaciones a favor de los médicos.

Logros
En esta gestión consiguió un aumento salarial de un 25% y un acuerdo con las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS).

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