Viena, 16 abr (EFE).- El mundo consumirá este año una media de 92,82 millones de barriles de crudo al día (mbd), un 6,8 % menos que en 2019 por efecto de la pandemia de coronavirus, una caída de la demanda que la OPEP califica de “histórica” y “sin precedentes” en su análisis del mercado publicado hoy.
“La actual situación mundial, empujada por el arranque de la Covid-19 a comienzos de año en China, y en el resto del mundo en marzo de 2020, parece representar la tormenta perfecta de destrucción de demanda”, afirma la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su informe, en el que advierte de que hay riesgos el descenso del consumo podría ser aún mayor.
En su informe de abril, publicado hoy en Viena, la OPEP ha revisado radicalmente a la baja los cálculos hechos hace un mes, hasta situar la demanda en su valor más bajo desde 2015.
“Para 2020 la previsión de aumento de la demanda es revisada a la baja en 6,9 mbd, hasta una caída histórica de alrededor de 6,8 mbd” respecto a 2019, indican los expertos del grupo de trece productores.
Para poner en contexto este desplome, la OPEP recuerda que a principios de la década de 1980 la ralentización económica en los países más industrializados provocó cuatro años consecutivos de caídas de la demanda que sumaron unos 6,0 mbd, menos del parón registrado ahora en un sólo ejercicio debido a la Covid-19.
Aunque el impacto se dejará sentir todo el año y en todas las regiones, los cálculos de la OPEP muestran una especial incidencia en el primer trimestre en China y en el segundo trimestre en el grupo de países más industrializados, con caídas respectivas de más del 18 % respecto a los mismos periodos y zonas.
Los analistas de la OPEP se refieren especialmente al impacto del brote de coronavirus en el consumo de combustibles para transporte e industria.
“Se espera que los cierres de emergencia en muchas áreas, con los que los gobiernos buscan contener la expansión de la COVID-19 en EEUU, Europa, partes de Asia, Oriente Medio y otras regiones, reduzcan sustancialmente las distancias recorridas y afecten por tanto negativamente al crecimiento de la demanda en el segundo trimestre de 2020”, señala el reporte.
El descenso más fuerte de la demanda se registra en Europa, con una caída interanual del 9,6 % en los países más ricos y de un 15,37 en el resto del continente.
Entre las causas de esta “histórica disminución” la OPEP menciona también “la falta de una acción coordinada a nivel regional”.
Estados Unidos, por su parte, quemará, según la OPEP, un 6,5 % de petróleo menos que en 2019, mientras que en América Latina la caída será solo del 4,26 %.
Aunque la previsión es que la demanda se recupere progresivamente en la segunda mitad del año, siempre por debajo de los valores de 2019, la OPEP advierte de que “las grandes incertidumbres” en el futuro hacen que los riesgos de caída de demanda sean importantes y “sugieren la posibilidad de nuevos ajustes”.
La OPEP menciona, por ejemplo, que no está claro como el repentino incremento del teletrabajo, la educación a distancia y las compras a domicilio surgidas por las medidas de confinamiento afectarán en el futuro al consumo de crudo.
Respecto al futuro inmediato, la OPEP indica que “de momento, el pronóstico es que la demanda de petróleo vuelva a crecer en 2021” aunque aún no está claro hasta qué punto.
En la inevitable relación entre crecimiento económico y consumo de crudo, la OPEP prevé una “grave recesión” en 2020, con números rojos del 1,5 % para todo el planeta, lastrado por la pandemia global de coronavirus, frente a un crecimiento estimado antes de esta crisis del 2,4 %.