Santo Domingo.- En el marco de la conmemoración del Día Internacional Contra la Corrupción, monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo afirmó que “la educación en valores garantiza la paz social”, tras señalar que la familia es donde se generan los principios fundamentales, los cuales sirven como instrumentos determinantes, para combatir los actos de corrupción que afectan a la sociedad.
Monseñor mejía Vallejo afirmó que el nuevo nombre de la “caridad” en la República Dominicana y en toda la función pública debe ser la “política”, porque su ejercicio es para la búsqueda del bien común. Instó en ese orden a los servidores públicos, para que no cedan en cuestión de principios y valores, a que asciendan con honradez y rectitud: “No importa el puesto que deban asumir, pero igual, cuando tengan que bajar del cargo, háganlo con gallardía y no se dejen romper nunca el fémur espiritual, para que la corrupción no entre nunca en sus vidas”, apuntó el religioso.
El obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís se dirigió en esos términos a cientos de servidores miembros de las Comisiones de Ética Pública (CEP), en un acto organizado por la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental (DIGEIG), en el marco de la Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción, órgano que desde el 2003 estableció a partir de la Resolución 58/4- conmemorar cada 9 de diciembre, con el objetivo de promover la prevención y el combate del flagelo.
En ese sentido, el director general de Ética e Integridad Gubernamental, Lidio Cadet auguró que las Comisiones de Ética Pública “son una gran ayuda en la batalla contra el cáncer de la corrupción y que éstas representan una muralla infranqueable para salvaguardarnos de la acción de los corruptos”. Asimismo indicó que la DIGEIG ha iniciado con éxito un proceso de capacitación de estos organismos cívicos, para convertirlos en defensores del pueblo.
Cadet aprovechó el escenario para reiterar su compromiso ante la configuración de una administración pública basada en el bien hacer, razón por la que el norte será convertir a la DIGEIG junto a los indicadores de ética y transparencia en una institución modelo, la cual sirva de legado para las presentes y futuras generaciones.