Sostuvo que a los ilegales que llegan los dejan entrar en
la frontera porque “se dejan convencer por centavitos”
El obispo metropolitano de Santiago y presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, monseñor Freddy Bretón, reiteró que seguirá defendiendo la dignidad humana sin importar que las personas sean ilegales e instó a las autoridades a colocar personas honestas en la frontera porque hay “personas que se dejan convencer por centavitos”.
“Cuándo llegará el día de tener personas honestas en la frontera que pongan en alto el nombre del país porque si entran (ilegales haitianos) es porque alguien cobra para que entren, y hay dominicanos en eso, y hace siglos que se habla de que en la frontera hay personas que se dejan convencer con los centavitos y se les olvida patriotismo y todo”, denunció.
Monseñor Freddy Bretón defendió recientemente la dignidad de los ilegales haitianos, especialmente de las mujeres embarazadas, ante el aumento de las repatriaciones por parte del Gobierno. “Hay leyes de migración y a la Iglesia no le toca aplicarlas, digo yo, pero a las autoridades sí, entonces ellos verán a quién dan paso, a cuáles extranjeros que quieran venir al país, pero la Iglesia sostiene que la dignidad de esas personas hay que respetarla”, insistió.
Consideró que en el caso de las mujeres embarazadas la protección debe ser aún mayor.
“En el caso de las embarazadas más todavía, porque no disponía de datos cuando estaba empezando, y había cabos sueltos, pero si se trataba de una mujer y embarazada, mucho más, porque la dignidad humana no está en juego. Hay que respetar la dignidad humana y mucho más si es una mujer gestante”, insistió el religioso.
Agregó que apoya que se pida a la comunidad internacional que remedie la situación de crisis que ahoga a Haití.
“Por qué no conseguir ayuda para tener hospitales allá, eso se puede hacer, y las que vivan aquí, tienen que atenderse aquí, incluso aunque estén ilegalmente, si las dejaron entrar tienen que atenderlas aquí”, advirtió monseñor Bretón.
Confesó que la defensa a la dignidad de las personas le generó una gran satisfacción. “Una satisfacción muy grande que me llevé, y es que uno hace esas cosas, es que las hace no pensando en para qué lo hace, sino porque tiene que hacerlo, pero cuando uno ve que hay gente padeciendo por ese motivo, entonces te manda a felicitar, que fue lo que me pasó a mí”, relató.
“Iglesia no tiene que hablar de todo”
El presidente de la Conferencia del Episcopado consideró que la Iglesia no tiene que estar opinando sobre todos los temas del país porque ese no es su papel.
“La Iglesia no puede descuidar el aporte que tiene que hacer en medio de la sociedad, pero una sociedad madura tiene que dirimir sus asuntos por sí misma sin necesidad de otro ente, yo me alegraría de que la Iglesia no esté en el medio en muchas cosas porque la Iglesia no tiene por qué hablar de todo porque no sabe de todo”, sentenció.
Sostuvo que el país se ha acostumbrado a una Iglesia que ha tenido que intervenir en demasía pero que ahora es el momento para “felicitarnos en vez de lamentarnos porque habla bien de una sociedad en la que la iglesia no tenga que intervenir en todos los procesos”.
“No podemos tener unas elecciones sin que la Iglesia intervenga, quiere decir que son anómalas y si la Iglesia tiene que intervenir quiere decir que la sociedad no está preparada ni para hacer unas elecciones, que tiene que llamar a papá o a mamá que venga a atender a los niños”, criticó monseñor Bretón.
Dijo que es inmadurez de una sociedad que siempre tenga que buscar terceros para intervenir.
“Ahora, que miembros de la iglesia han hecho un aporte extraordinario, en tiempos complicadísimos de aquí, con una democracia en pañales y tuvieron que emplearse a fondo monseñor Agripino (Núñez Collado), el cardenal (Nicolás de Jesús López Rodríguez) y monseñor Arnáiz (Francisco), pues ¡bendito sea Dios!, pero si no vuelven a suceder esas cosas y esos tiempos no se repiten de nuevo, mejor para la Iglesia”, opinó.
Afirmó que la sociedad ha madurado, pero que hay gente que no ha cambiado de mentalidad y está soñando con que la Iglesia sea lo que fue. “Pero mejor felicitémonos porque ha crecido la sociedad, que no está participando en el diálogo nacional, pues ¡bendito sea Dios!, nosotros no tenemos por qué estar ahí, pero no tenemos por qué estar en la palestra todos los días como si no hubiese nadie más que hiciera eso”, dijo.
Monseñor Bretón sostuvo que cuando se requiera la opinión de la Iglesia sobre algún tema solo tiene que solicitarse y estará presente. “Pero estar bailando en todas las fiestas que se toquen, ¡no señor!”, concluyó.
Monseñor Bretón ha publicado doce obras
Monseñor Bretón combina su labor pastoral con la literatura y cuenta con doce publicaciones. Sus libros abarcan diversos géneros literarios, incluida la poesía, y fue galardonado con el Premio Nacional de la Feria del Libro Eduardo León Jiménez en el 2020 por su obra: “Los Entresijos del Viento”. Contó que su primera publicación fue cuando tenía 16 años, sobre el nacimiento de Jesús y la Navidad. El pasado mes de noviembre publicó dos nuevas obras: “Boca de pez”, que se trata de relatos cortos que combinan humor e ironía. También “Recuerdos del camino”, que contiene parte de las memorias publicadas en el Semanario Católico Camino, en las que se incluye su experiencia como arzobispo de Santiago de los Caballeros. “Me estoy organizando un poco porque a veces uno publica desorganizadamente en cuanto a los géneros literarios y luego reagrupa y revisa algunas cosas”, comentó. Otras de sus publicaciones son “Libro de las huellas”, “Bandera de algún viento” y “Voces del polvo”.