¿ Será que Zygmunt Bauman, en sus análisis sociales tenía la premonición de lo que le devenía a los Millenials? Aunque carece de cientificidad lo que pregunto, no lo que pudo haber inferido Bauman, pues para eso existe la historia contrafactual, resulta muy fácil hacer conjeturas cuando a uno le toca vivir la experiencia de lo afirmado.
La falta de una Ciudadanía Sólida provoca que todo lo de hoy se relativice, haciendo que cada vez más sea imperante la construcción de una Nueva Ciudadanía, en donde el empoderamiento de los actores fundamentales los convierta en partícipes de una Democracia de Consenso, buscando soluciones colectivas a problemas que son colectivos, construyéndose así soluciones reales a las políticas públicas que se han discutido con los grandes conglomerados sociales.
La visión del Otro, las reacciones ante las catástrofes, sobre todo la muerte, el irrespeto al Espacio Común y el exhibicionismo desenfadado e impúdico han provocado la confusión lingüística más grande que generación alguna pudiera conocer. Ya es lo mismo firmar un contrato de Grandes Ligas que alguien se muera, porque para los fines: “Firmó con los Yankkes”. El objetivo es conseguir un like, para primerear. Véase – Laudato Si- del Papa Francisco.
Es que ya Facebook, Twitter, WhatsApp, Instagram, Snapchat y Linkedln son el mayor peso para que alguien, antes que dar auxilio, envíe imágenes, ponga notas, o le “tire” a otro. A esto es que Bauman llama una lectura líquida de la Posmodernidad, es el objeto del deseo aislado en su soledad esencial, entre lúcidos manipuladores e ingenuos irracionales. l