Santo Domingo.- El miembro de la Dirección Política de la Fuerza del Pueblo (FP), Manolo Pichardo, consideró hoy que la Junta Central Electoral actúa con evidente militancia en las candidaturas del Gobierno y muestra hostilidad hacia la nueva formación política y el resto de los partidos de oposición.
Manifestó preocupación “porque la entidad comicial guarda un silencio cómplice frente al abierto proselitismo del candidato electo mediante el fraude durante las primarias internas del PLD, y reacciona con advertencias cuando el presidente de la FP, Leonel Fernández, en legítimo derecho, sale a apoyar a sus candidatos a cargos municipales, en un evidente acoso que deja traslucir sus preferencias electorales”.
Dijo que como se ha denunciado, la Junta arregla las leyes y los reglamentos para favorecer siempre a la candidatura del Gobierno, sin importarle que su credibilidad se siga erosionando y ponga en riesgo los procesos de febrero y mayo.
“Por ello acomodan las cosas para que los funcionarios hagan proselitismo, guardan silencio ante las amenazas a empleados para que apoyen a su protegido y secuestran la propuesta de colores y logo de la nueva organización para frenarla, todo sin guardar las formas”, precisó.
Para el expresidente de la Copppal y el Parlamento Centroamericano, la conducta exhibida por el organismo electoral antes, durante y después de las primarias internas, muestra con claridad la coherencia en su defensa al Gobierno y en ajustar sus decisiones a los fines de poner en ventaja al que asumen como su candidato protegido.
En ese sentido Pichardo recordó que “el pleno de la órgano acordó no implementar el voto automatizado a menos que hubiera unanimidad entre los actores del proceso que son los partidos políticos, y que sin embargo, a pesar de que la mayoría de éstos se opuso, cambió de parecer porque es de interés del Gobierno que se implemente, en razón de que en su implementación está la garantía de fraude.”
Advirtió que la JCE y el Gobierno están jugando a la inestabilidad política y al quiebre del orden institucional y democrático, lo que tendría un impacto de imprevisibles consecuencias en la marcha de la economía y la paz social que tanto ha costado y aprecia el pueblo dominicano.