Manny Pacquiao, viejo zorro de los cuadriláteros, enseñó la madrugada de este domingo -en Malasia- que sigue siendo un sensacional peleador al despachar por nocaut técnico en el séptimo asalto al argentino Lucas Matthysse a quien le arrebató el cinturón welter avalado por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). La pelea fue detenida por el árbitro Kenny Bayless a los 2.43 segundos del séptimo round.
Con su contundente victoria, el veterano púgil filipino logró capturar su corona mundial número diez en ocho divisiones diferentes (desde el cetro mosca hasta el mediano junior).
En todo el trayecto del breve combate se vio a un solo hombre en el cuadrilátero: Pacquiao quien mandó a la lona, antes del fatídico final en el séptimo asalto, dos veces a Matthysse.
Esas dos caídas que sufrió Matthysse llegaron en los rounds tres y quinto.
Pacquiap, con combinaciones rápidas y precisas (ganchos, rectos cortos y jabs), masacró al ahora exmonarca welter argentino.
Matthysse, quien sufrió su quinta derrota (ha ganado 39 peleas con 36 triunfos por nocaut), nunca se vio en positivo durante el pleito que fue transmitido -en directo para América Latina y la región del Caribe- por el canal SPACE que tiene sus instalaciones en Buenos Aires, capital de Argentina.
El experimentado peleador de las Filipinas, al salir airoso -como lo prometió-, mejoró su expediente profesional en 60 victorias con siete fracasos, dos empates y 39 nocauts.
Con esta soberbia demostración, que calló las bocas a los escépticos (que llegaron a proclamar que “el viejo Pacquiao ya está acabado), ahí de nuevo estuvo la estelaridad del guerrero filipino que tenía 372 días sin subir al ring desde que enfrentó -el dos de julio de 2017- al australiano Jeff Horn quien fue favorecido por los jueces con una victoria mostrenca, según expertos.
Fue una soberbia demostración del veterano Manny Pacquiao quien ejerció pleno dominio en todos los rounds, en tanto que el argentino se veía torpe, lento y sin nunca encontrar la anatomía del nuevo titular amebeísta de las 147 libras.
Pacquiao revivió el nocaut
Desde que comenzó la pelea se vio a Pacquiao decidido a terminar pronto las acciones…se le veía la manera de imponer la autoridad de su pegada la cual, de acuerdo con analistas, “se la había guardado”.
El filipino, que por cuarta vez gana el cetro welter, no noqueaba a ningún rival en sus anteriores trece combates lo que llevó a que algunos analistas cuestionaron su pegada y hasta dijeran que “ya no tiene punch”.
Pacquiao no ganaba una pelea por la vía rápida desde que noqueó al boricua Miguel Cotto. Ese nocaut se registró el 28 de noviembre de 2009 en combate montado en el hotel MGM de la ciudad de Las Veas, Nevada.
Minutos después de su celebrada victoria, entrevistado por una comentarista de la televisión de Malasia, Pacquiao dijo que por el momento su propósito era regresar a su país y abrazar a su pueblo.
Reconoció que Lucas Matthysse es un boxeador fuerte, peligroso porque tiene una pegada respetable, pero que sabía que lo iba a dominar sin mayores problemas.
Tras su triunfo, expertos comenzaron a “especular” sobre -como lo ha escrito este periodista- una posible pelea (de unificación de títulos) entre Pacquiao y el invicto monarca welter, versión Organización Mundial de Boxeo, el estadounidense Terence Crawford.