Como cada año, la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (Anje) celebra una conferencia o publica lo que entiende son los retos fundamentales en el orden político, económico y social. Este año celebró un interesante seminario donde concurrieron pasados presientes dando cada uno su visión de los deseos del 2017.En el fin de semana me encontré en una plaza con un amigo que me comentaba sobre algunas de las ponencias y me preguntó que en qué periodo fui presidente de Anje. Le respondí que fui miembro, pero nunca directivo, que cuando se creó esta asociación yo era secretario general de la Asociación de Fabricantes de Calzado, de las asociaciones sectoriales más importantes de los años sesenta, ya que generaba más de doscientos mil empleos, entre directos e indirectos.
Que en el transcurso de mi vida gremial he compartido con muchos de los pasados presidentes de Anje como Marino, Jorge, Elena, Rachi, José Luis, Jochi, Papo, Ligia, Manuel, Marisol, Joel algunos de mi generación otros más jóvenes, pero que todos hemos desarrollado agendas a favor del sector empresarial y del país, compartiendo deseos y frustraciones.
Siempre he admirado a Anje por sus posiciones coherentes, y en esta oportunidad las ponencias fueron, como en otras anteriores, muy acertadas y apropiadas.
No sé si el artículo de Andy Dauhajre de este pasado lunes es la respuesta a algunas de ellas, un tema que trataremos la semana próxima.
El presidente de Anje, Eugene A. Rault Grullón, empieza por referirse a la lista de los veinte deseos que la institución hace cada año. Habla de la cultura de la ética, sin duda ausente en muchas de las actuaciones de nuestros ciudadanos, sin importar a la actividad a la que se dedican.
Pide al Ministerio Público que envíe una señal a la población, que disminuya la percepción ciudadana sobre la cuestionada independencia de los poderes del Estado. Mensajes frente a la no tolerancia de la impunidad en casos de corrupción, abuso de poder, malversación de fondos que afecte la transparencia en el manejo de los recursos públicos.
Yo agregaría, pedir también transparencia al sector privado para que se sepa que no es un clamor a un sector, sino al país en su conjunto, sin pretender decir que todos los empresarios son corruptos como decía Franklin Almeyda en su artículo semanal.
Eugene recuerda la necesidad de la aprobación de la ley de partidos políticos y reducir el dispendio de fondos que se da en cada campaña electoral, en un país de escasos recursos, lo que obliga a realizar ajustes y nuevos impuestos luego de finalizar la fiesta, para pagar los platos rotos de la contienda electoral.
Junto a Ligia Bonetti, hablan de la necesidad de un pacto fiscal que simplifique leyes que fomente la formalidad y reduzca la evasión. Para Ligia no son temas nuevos, ha sido insistente en la necesidad de organizar las fianzas públicas, de detener el endeudamiento y de mejorar la institucionalidad del país.
La analogía que hace Jochi Vicente de la división que genera en el hogar el querer salir del perro por parte de la esposa, sin embargo, el esposo le tiene cariño y se niega a salir del mismo. Dice que lo mismo sucede con la nómina del Estado, unos dicen que hay que reducir otros dicen que no.
Concuerdo con él que la solución es congelarla para evitar despidos, pero a la vez no seguir recargando de puestos sin sentido cuando hace falta invertir en salud, en viviendas, facilitar crédito, mejorar acueductos, caminos vecinales, redes de distribución, que al fin generarán más empleos productivos que las famosas botellas que sólo generan gastos, no pagan impuestos y tampoco seguridad social porque aún cuando lo descuentan hay múltiples instituciones del Estado que no lo reportan a la Tesorería.
Jose Luis de Ramón trata el problema de la deuda, habla de la importancia de reducir el déficit fiscal, ya que los intereses de la deuda y del déficit cuasi fiscal demandan el 30% del total de los ingresos.
Sugiere reducir el mismo de forma gradual, ya que una, como la mayoría de nuestra deuda es en dólares, menos préstamos y más pagos tendrían una consecuencia muy fuerte en el tipo de cambio, por lo que plantea un deslizamiento suave de la tasa del dólar y evitar una devaluación brusca que podría tener consecuencias económicas y sociales.
Aporta un dato interesante cuando dice que las finanzas públicas pueden, de forma gradual, cerrar el déficit, ya que sin nuevos impuestos los ingresos crecen anualmente en 25,000 millones de pesos, mientras el Gobierno debe pagar 6,500 millones adicionales cada año, que con un buen control del gasto es posible ir reduciendo el déficit. Afirma “crítico pero sostenible en el corto plazo”.
Marino Ginebra, Marisol Vicens y Manuel Diez coinciden en la necesidad de instituciones sanas, la necesidad de acordar un pacto fiscal, desechar el clientelismo, el populismo y la corrupción, elementos que inciden negativamente en una correcta distribución de ingresos e institucionalidad de las naciones.
El Fondo Monetario Internacional habla de la simplificación del sistema tributario como un camino a una mayor transparencia y formalizar los miles de empleos, hoy en la informalidad, debido a que la formalidad les genera más costos que beneficios.
La conclusión de los deseos de Anje es un país con instituciones más firmes, controlar la deuda, controlar los gastos, la evasión, simplificar impuestos, como decía Ligia Bonetti, “si queremos hablar de pacto fiscal sentémonos hablar de principios, qué queremos de ese pacto y cuál será el resultado final del mismo”.
Jochi Vicente dice que para llegar a un pacto fiscal “hay que eliminar los cuentos de camino y que como dice Manuel Diez con cada reforma fiscal no caen los ingresos lo que cae es la famosa presión fiscal”.
En fin, los deseos de Anje deben ser los deseos de todos, es una visión de un país más estructurado, con un manejo de recursos transparentes para todos y con instituciones fuertes que permitan salir de la pobreza, mejoren el crecimiento de forma equilibrada y nos tracen el camino para un futuro mejor sin necesidad de recriminaciones pero procurando lo que más conviene a la nación.
Mis felicitaciones a la directiva de Anje por esta importante iniciativa. l